Canadá

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CANADA Informe ante la Reunión de Medio Año Caracas, Venezuela 28 al 30 de marzo del 2008 La libertad de prensa fue afectada en meses recientes por amagos en los tribunales para obligar a los periodistas a revelar la identidad de sus fuentes y, también, por la exclusión de noticias en ciertos canales de información. El 18 de enero, un tribunal federal de Montreal ordenó que dos periodistas que trabajan en el diario de lengua francesa La Presse revelaran cómo se filtró un documento secreto del Servicio Canadiense de Inteligencia y Seguridad en el que se acusaba a un ciudadano marroquí, Adil Charkaoui, de tener vínculos terroristas. La orden judicial fue gestionada por el propio Chakaoui, arrestado en mayo del 2003 bajo la sospecha de haber puesto en peligro la seguridad de Canadá como un presunto “agente inactivo” de la red terrorista Al-Qaeda. En el 2005, otro tribunal ordenó su libertad condicionada ya que el acusado no fue notificado acerca de la información clasificada que condujo a su arresto. Los periodistas Joel-Denis Bellavance y Pilles Toupin informaron sobre el contenido del documento secreto en la edición del 22 de junio del 2007 de La Presse y posteriormente el informe fue publicado por Le Droit, periódico de lengua francesa de Ottawa. Se registraron otros dos casos de periodistas afectados por demandas judiciales dirigidas a obligarlos a revelar el origen de sus informes. El periodista independiente de Toronto, Lon Appleby, fue citado a declarar el 21 de febrero por el abogado de un hombre implicado en un asesinato. La demanda aseguró que Appleby recurrio a informes que había escrito hace 11 años en un artículo publicado en la revista Toronto Life en 1998 bajo el título “Anatomía de un Asesinato”. La organización Periodistas Canadienses por la Libertad de Expresión (CJFE) informó que el comunicador llegó a un acuerdo con el abogado en el que se comprometió a revisar sus notas fuera del tribunal y responder a preguntas básicas para corroborar lo que había escrito. En otro acontecimiento, un tribunal de Toronto escuchó el 22 de enero una apelación de parte del periodista Ken Peters del Hamilgton Spectator, en contra de una citación por desacato presentada en su contra en diciembre del 2004 cuando rehusó a revelar su fuente en una historia sobre problemas en un asilo de ancianos en la ciudad de Hamilton. El 4 y el 5 de marzo, la televisora Canadian Broadcasting Corporation (CTV), el diario Toronto Star y The Associated Press apelaron la restricción ordenada por un tribunal en torno a la cobertura de un supuesto caso de terrorismo. El mandato fue emitido por un juez de Toronto en relación a audiencias sobre el derecho a fianza de 17 personas arrestadas en el 2006, bajo la sospecha de participar en un plan terrorista. En discusión está el derecho de los periodistas a asistir a audiencias sobre el derecho a fianza, pero sin poder informar sobre lo que allí se discute. En este caso no se les permitía explicar porqué cinco de los sospechosos arrestados fueron puestos en libertad mientras esperaban por el inicio de sus juicios. Las organizaciones noticiosas alegan que los medios tienen la obligación con el público de informar sobre este caso. El periodista de Toronto, Innocent Madawo, originario de Zimbawe, informó en enero que recibió amenazas por teléfono después de escribir un artículo sobre la situación política en esa nación africana, durante la segunda ronda electoral realizada en marzo. El artículo apareció en el sitio web de la radioemisora independiente de Zimbawe SWRadio, con sede en Londres. Madawo también escribió para varios periódicos canadienses y publica también el sitio electrónico TheSouthernAfrica.com El 4 de marzo el capítulo PEN de Canadá envió una carta al presidente del Comité sobre Banca y Comercio del Senado canadiense, W.David Angus, pidiéndole remover las provisiones de una ley que buscaba someter a las producciones de cine y televisión a lo que la organización llamó como “evaluaciones redundantes y restrictivas”. PEN Canadá dijo que la ley era un intento del gobierno para restringir la libertad de expresión de sus miembros, particularmente periodistas y autores, temiendo que, de seguir adelante, “se realizarán intentos inevitables para expandirla más allá de los filmes, hasta otros tipos de publicaciones y manifestaciones artísticas”. En noviembre, autoridades de las escuelas públicas de Ontario ordenaron la prohibición de un libro en respuesta a una sola queja presentada por el público. La obra “El Compás Dorado” escrita por Phillip Pullman, fue retirada de las bibliotecas locales tras la queja de un individuo que objetó el hecho de que el autor es un ateo declarado. De la misma forma, una queja única condujo el año pasado a la salida de las bibliotecas escolares de la novela “La Nieve Cayendo sobre los Cedros” de David Guterson, pero una junta revisora posteriormente ordenó su retorno a los estantes de las bibliotecas públicas.

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