Discurso Inaugural de Earl Maucker

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Parece que fue ayer cuando, durante la clausura de la Asamblea General celebrada en Miami en octubre, expresé mi compromiso con la causa de la libertad de expresión, aunque sabíamos que íbamos a enfrentar muchos retos en el camino. El hecho de que estemos reunidos hoy en Caracas es una señal clara de que este viaje que emprendimos juntos es todo lo que nos propusimos que fuera y demuestra que, cuando estamos unidos en una causa, y no retrocedemos, podemos a salir adelante. No estaba muy seguro de lo que podíamos esperar cuando asumí la presidencia de la Sociedad Interamericana de Prensa, pero debo decirles que para mí ha sido una experiencia estimulante, reveladora y que me ha cambiado la vida. Comenzando con nuestros esfuerzos aquí en Venezuela, los últimos meses han sido dramáticos. Venimos a Venezuela en noviembre pasado, no muy seguros de todo lo que podríamos lograr. En ese momento, las propuestas de enmienda constitucional amenazaban con minar el derecho del pueblo a expresar sus propias opiniones, un derecho que tienen que conservar si están dispuestos a prosperar en una verdadera democracia. Fuimos recibidos con un aviso que nos declaraba persona non grata aduciendo que la misión de la SIP era generar violencia y perturbar los esfuerzos del gobierno. Lo dejamos muy en claro en ese entonces, al igual que hoy, que ese nunca ha sido nuestro propósito. Nuestra misión era solidarizarnos con nuestros colegas periodistas en la defensa de la libertad de prensa en todos los rincones del hemisferio donde pudiese estar en peligro. El hecho de que estemos hoy aquí es una prueba de ello para todos aquellos que vinieron en esa misión a declarar nuestra intención. Nuestros esfuerzos recibieron amplia cobertura en los Estados Unidos, país que generalmente ha minimizado nuestros esfuerzos. Mi compromiso se mantiene firme en la defensa de los principios fundamentales y misiones de la SIP. Han ocurrido retrasos en algunas áreas, pero esto no significa en modo alguno que hayamos dejado de lado esas iniciativas. En primer lugar, seguimos con la intención de mantener a la SIP con una fuerte posición en todos los países del hemisferio. Nuestra organización ha crecido dramáticamente en los últimos años, lo cual es una clara señal de un trabajo bien hecho. Los dos componentes clave de nuestro éxito son el Programa de Chapultepec –que propugna la revocación de leyes de prensa a través de foros con líderes de los poderes judicial, legislativo y ejecutivo, y de diálogos con líderes de opinión- y el Proyecto de Impunidad, que con una voz estridente combate los crímenes contra periodistas. Tenemos un récord impresionante. Desde enero del 2007 hemos organizado y participado en 54 actividades, tales como misiones, conferencias, foros y seminarios y hemos movilizado a un total de 658 personas, incluyendo miembros, periodistas, ejecutivos de medios, legisladores, jueces, políticos, y líderes de la sociedad civil. Hemos hecho sentir nuestra presencia en prácticamente todos los países y regiones de las Américas. Además, 1433 personas participaron en tres reuniones clave de la SIP: nuestra Reunión de Medio Año celebrada en Cartagena, nuestra Asamblea General celebrada en Miami, y una conferencia hemisférica celebrada en Santo Domingo, en la cual magistrados de las Cortes Supremas de todo el hemisferio se reunieron para discutir formas de combatir la impunidad. Este récord habla por sí mismo. Pero inclusive con semejante crecimiento y éxito, una saludable dosis de auto crítica interna revela nuestra presencia relativamente débil en algunos países en comparación con otros. Uno de esos países es el mío, Estados Unidos. Este ha sido un año obviamente difícil desde el punto de vista financiero para muchos diarios norteamericanos. En ciertos casos, las empresas se han fusionado y la propiedad ha cambiado de manos. Algunos medios que habían tenido una participación muy activa en la SIP ya no están con nosotros –no porque no les interese nuestra misión sino por las dificultades financieras y cambios en la propiedad de los mismos. En mi opinión, la falta de participación de los diarios norteamericanos está llegando a un punto crítico. Si bien estamos haciendo todo lo que podemos por generar interés, la situación financiera de la mayoría de los diarios sigue siendo la principal barrera. En Florida, por ejemplo, uno de nuestros más acérrimos partidarios, Pat Yack de Jacksonville, quien encabezaba los esfuerzos por celebrar semana conocida como Sunshine Week en todos los diarios del hemisferio, dejó la empresa debido a una disputa financiera. Nuestra intención es utilizar estas épocas de incertidumbre para resaltar la importancia de un liderazgo fundamentado en la perspectiva equilibrada que ha guiado la posición y visión que nuestra organización tiene sobre las Américas. Debemos reenfocar nuestros esfuerzos hacia la verdadera fuente de nuestra capacidad para alcanzar un mejor mañana de acuerdo con nuestros objetivos. Me refiero al más fuerte activo de nuestra organización –ustedes, los miembros- y a la forma en que los beneficios que nos brinda el ser miembros de la organización nos ayuda a realizar a plenitud nuestro trabajo diario al tiempo que defendemos los principios de la SIP. Nuestra misión fundamental es muy clara y somos la organización más comprometida en la defensa de la libertad de prensa. La mayor diferencia entre nosotros y otras organizaciones mediáticas alrededor del mundo es nuestro firme compromiso que se encuentra imbuido en el corazón de nuestro trabajo. Nuestros miembros también dedican su propio tiempo y dinero para participar en nuestras misiones y esto es lo que hace su colaboración doblemente importante. Nos hemos visto obligados a postergar algunas iniciativas. Una de ellas ha sido el esfuerzo por lograr una mayor presencia en Cuba, donde seguimos exigiendo la liberación de los 25 periodistas independientes que se encuentran tras las rejas, varios de los cuales están padeciendo graves problemas de salud. Después de mi discurso en Miami, donde me referí a una iniciativa para llegar a Cuba, me informaron que ya no me iban a otorgar la visa para visitar mi propia oficina en La Habana mientras ocupara la presidencia de la SIP. Si bien no nos sorprende esta actitud del gobierno cubano por lo que sabemos de su incapacidad para abrazar una prensa libre y abierta, no claudicaremos. Otro esfuerzo en el que estamos abocados es el de estrechar nuestras relaciones con las organizaciones norteamericanas, tales como la American Society of Newspaper Editors. El próximo mes asistiremos a la convención anual de ASNE en Washington y abrigamos la esperanza de poder realizar una misión conjunta en los próximos meses y así apoyarnos en nuestro trabajo futuro. Los directivos de ASNE y de la SIP tienen una estrecha relación y el hecho que podamos programar una reunión conjunta en el 2011 es una clara señal de que estos esfuerzos pueden rendir frutos y que definitivamente beneficiarán a nuestra misión. Como parte de nuestra auto crítica, deberíamos mencionar también nuestro bajo nivel de involucramiento en Brasil. Gracias a la invitación de la asociación de diarios brasileños, fui a Brasilia el pasado mes de diciembre para hablar con gran convicción sobre nuestro trabajo ante nuestros colegas brasileños. Nuestro trabajo pasado y sólida tradición se mantienen vivos en Brasil y estoy seguro que en los próximos meses recuperaremos nuestro liderazgo en ese país. Muchos diarios de Brasil comparten nuestros puntos de vista. Todavía siguen allí, no se han ido a ninguna parte y es nuestro deber volverlos a despertar y traerlos nuevamente al redil. En este esfuerzo debemos apoyar a nuestros principales colegas brasileños, muchos de los cuales tienen una larga historia entrelazada con la de la SIP. Luego de mi visita a Brasilia, el vicepresidente de la SIP, Enrique Santos, retornará a Brasil en abril para reafirmar nuestro apoyo y buscar formas para seguir avanzando con nuestros colegas de ese país. Nada de lo anterior se ha hecho a expensas de nuestro trabajo en otros países. Tenemos programada una visita a Bolivia en mayo para conocer más acerca de los problemas que enfrentan nuestros miembros allá. Mientras tanto, nuestra presencia internacional se ha mantenido fuerte y altamente exitosa. Inmediatamente después de esta reunión aquí en Caracas, nos dirigiremos a Guatemala para el Foro Legislativo de Chapultepec, donde hablaremos con líderes guatemaltecos y le pediremos al flamante presidente que suscriba la Declaración de Chapultepec. Asimismo, nos hemos reunido con el presidente de El Salvador, Tony Saca, quien se mostró muy dispuesto a escucharnos. El presidente Saca llevará a la Corte Interamericana de Derechos Humanos nuestra consulta sobre la despenalización de lo que se conoce como “crímenes contra el honor” y, en particular, sobre las leyes de desacato. También he dado mi testimonio durante una reunión extraordinaria de la OEA en Washington, convocada por el Consejo Permanente para discutir el derecho a la libertad de pensamiento y a la libertad de expresión. Hablé en base a mi experiencia como periodista y me dijeron que mis palabras fueron bien recibidas por delegados de todo el hemisferio. Estuvo presente el Secretario General Insulza, con quien posteriormente me reuní en privado para hablar de su participación en esta reunión aquí en Caracas. El próximo mes estaremos en República Dominicana para promover un debate entre las fuerzas de seguridad y los periodistas sobre la transparencia y la colaboración, como parte del Programa Chapultepec. En el frente legal y judicial celebramos dos grandes victorias. Se aprobó un proyecto de ley mexicano que despenaliza los delitos relacionados con la difamación, lo que significa que los conflictos a nivel federal sobre supuestos daños a la reputación de una persona serán ventilados en salas civiles. Esto llevará a reducir el grado de auto censura practicada por periodistas por temor a ser enviados a prisión. Por otro lado, la Corte Suprema de Argentina emitió un dictamen histórico que prohíbe al gobierno usar la publicidad como medio para recompensar o castigar a las empresas mediáticas por su posición editorial. En lo que respecta a asuntos internos, todos ustedes habrán notado que nuestra casa está mucho más ordenada. Una de mis primeras iniciativas fue agilizar el Comité Ejecutivo, lo que exigió un ajuste de la estructura burocrática que se nos estaba escapando de las manos. También hemos tenido que reducir el número de comisiones. Esta iniciativa fue bien recibida por los miembros y puedo asegurarles, con gran satisfacción, que ahora nuestra estructura interna es más pequeña pero más efectiva. Estamos a medio camino, y estoy satisfecho con lo que hemos logrado. Intensificaremos nuestro trabajo en los próximos meses, pero permítanme felicitar a aquellas personas de todas partes del hemisferio que han permanecido a mi lado. En primer lugar, quisiera agradecer a Gonzalo Marroquín. La Comisión de Libertad de Prensa ha hecho un excelente trabajo y ha demostrado ser capaz de responder a las circunstancias. Es importante resaltar la forma en que la SIP responde y la forma en que es capaz de atraer la atención a nivel internacional, cada vez que elevamos nuestra voz de protesta desde Miami. Una vez un periodista me preguntó cómo podíamos ser más preactivos. Le respondí sucintamente: Tan sólo fíjate en toda la atención que provocan nuestras protestas. Ningún gobierno las ignora, nuestro mensaje llega con mucha efectividad y generalmente obtiene resultados. La Comisión de Nuevos Miembros, que sufrió los estragos de nuestros recientes ajustes, se encuentra ahora más fuerte que nunca. Si bien el trabajo ha sido fuerte en Estados Unidos y Canadá, se han dado pasos positivos para ganar nuevos miembros en estos países y, lo que es más impresionante es que a pesar de la crisis actual, los resultados han sido buenos. Ya hemos hablado suficiente sobre Brasil, pero quisiera agradecer una vez más a los directivos de esta comisión por ser la fuerza motora detrás de nuestro trabajo en ese país.

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