Miami (15 de agosto de 2014).- La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) envió hoy una carta a las autoridades policiales de la ciudad de Ferguson y del estado de Missouri, por incidentes contra periodistas y obstrucción al trabajo de la prensa, durante la cobertura de manifestaciones a raíz de la muerte la semana pasada de un joven afroamericano por disparos de la policía.
La presidenta de la SIP, Elizabeth Ballantine y el presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, Claudio Paolillo, adhirieron la carta dirigida a los jefes de Policía de Ferguson, Thomas Jackson; del condado de St. Louis, Jon Belmar y de la Policía de Autopistas de Missouri, Ronald K. Replogle, en la que reclaman por la detención de dos periodistas y restricciones al acceso público a la información.
Estimados señores:
Como organizaciones que cubren noticias y defienden los derechos de los periodistas a recoger las noticias, les escribimos para expresar nuestra profunda preocupación por la detención injustificada de dos periodistas este miércoles y con otros informes de intimidación policial y acoso a periodistas en Ferguson. También resulta muy preocupante que la policía no haya sido más oportuna en la liberación de la información sobre estos incidentes y la muerte a tiros de Michael Brown.
Si bien entendemos que las responsabilidades de los tres órganos de orden público difieren sustancialmente en estos acontecimientos, nos dirigimos a todos ustedes con la esperanza de asegurar que estos temas se manejen del modo más apropiado en el futuro y de manera que proteja los intereses de la de la prensa y el público en recibir noticias exactas sobre Ferguson, de acuerdo con la Primera Enmienda.
Los reportes iniciales de primera mano indican que Wesley Lowery, del Washington Post, y Ryan Reilly, del Huffington Post, estaban sentados en un McDonalds y recargaban sus teléfonos cuando fueron interrogados por la policía y detenidos (sus respectivas organizaciones de noticias son signatarias de esta carta). Sus declaraciones indican que fueron maltratados físicamente, amenazados, esposados, y se les negaron respuestas a sus reiteradas solicitudes de información sobre las razones por las cuales estaban detenidos. Además, le dijeron a Lowery que no grabara a la policía, en violación de sus derechos de la Primera Enmienda.
Este tipo de comportamiento es un anatema para la Primera Enmienda y para los periodistas de todo el mundo. No debe continuar y deben proveerse respuestas sobre por qué se permitió que pasara.
Como dijo el Fiscal General de Estados Unidos Eric Holder en un comunicado, “los periodistas no deben ser objeto de hostigamiento o impedidos de cubrir una historia que necesita ser contada”. La policía de Ferguson no solo viola los derechos de los periodistas, sino que suprime activamente el flujo de información al que el público tiene derecho. Este es un tema de extrema importancia para muchos estadounidenses en todo el país.
Los policías deben comprender que la recogida de noticias y el registro de las actividades de la policía no constituyen un delito. Las acciones en Ferguson demuestran una falta de formación entre la fuerza local del orden en la protección requerida en la Primera Enmienda y la ausencia de respeto por el papel del periodismo. Por eso pedimos a los directivos de la policía que rectifiquen este error a fin de que estos incidentes no se repitan.
Tal como el Departamento de Justicia de Estados Unidos estableció en el 2012: “El derecho a registrar los agentes de policía en el desempeño de sus funciones en un lugar público, así como el derecho a recibir protección contra la incautación sin orden judicial y la destrucción de esas grabaciones, no sólo son requeridos por la Constitución. Son consistentes con nuestras nociones fundamentales de la libertad, la promoción de la rendición de cuentas de nuestros funcionarios gubernamentales, y el fomento de la confianza pública en los policías que nos sirven diariamente”. Ver Declaración de interés de Estados Unidos en Sharp v. Baltimore City Police Dep’t, Civil No. 1:11-cv-02888-BEL (10 de enero del 2012), http://www.justice.gov/crt/about/spl/documents/Sharp_SOI_1-10-12.pdf
Este principio –que no sólo los periodistas, también el público en general- es libre para observar y recoger noticias sobre las acciones de la policía, se ha defendido en repetidas ocasiones en los tribunales federales. El Primer Circuito falló en Glik v. Cunniffe, 655 F. 3d 78 (primera Cir. 2011), que el derecho del público a grabar a la policía en el ejercicio de sus funciones públicas es una "libertad básica, vital, y bien establecida salvaguardada por la Primera Enmienda”. El Séptimo Circuito en ACLU de Illinois v. Alvarez, 679 F. 3d 583 (7mo. Cir 2012), así mismo reconoció el derecho de larga data del público a registrar las actividades de la policía.
Otro motivo de preocupación para las organizaciones de noticias es la falta de información sobre el incidente original y las detenciones de periodistas. A las autoridades les tomó cerca de una semana divulgar el nombre del agente involucrado en los disparos. Lowery ha dicho que cuando pidió ver un informe sobre su arresto, se le dijo que no había nadie y que el documento tomaría una semana o dos. Esta falta de acceso oportuno a la información esencial alimenta razonablemente las sospechas del público de que la policía tiene algo que ocultar. La gestión de cualquier situación de emergencia requiere la apertura y la rendición de cuentas, y la retención de información sobre el nombre del agente y los incidentes, compromete la confianza de la comunidad en la policía.
Las organizaciones de medios firmantes llaman a la Patrulla de Caminos del Estado de Missouri y a los departamentos de policía de la ciudad de Ferguson y el condado St. Louis, a garantizar, como mínimo que:
• Los policías no intimiden, hostiguen o impidan a los periodistas cubrir las noticias;
• Los funcionarios estatales, condales y locales estén adecuadamente educados para entender los derechos de los periodistas y el público para grabar a los policías en el desempeño de sus funciones;
• La información acerca del policía involucrado en el incidente y sobre cualquier investigación del incidente, sea puesta de inmediato a disposición del público; y,
• Si otros periodistas son detenidos o arrestados —lo que siempre es una medida excepcional en cualquier jurisdicción y nunca debe estar motivada por el deseo de suprimir las noticias— todos los registros de sus arrestos o detenciones se realicen con prontitud pública para evaluar la legitimidad de las acciones de la policía.
Atentamente,
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FUENTE: nota.texto7