Cuatro periodistas nicaragüenses, desterrados y despojados de su nacionalidad tras más de año y medio de prisión injusta, protagonizaron un emotivo panel sobre la dramática situación de su país, el martes 25 de abril durante el inicio de la reunión de medio año de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en formato virtual.
La socióloga y activista feminista Tamara Dávila; el gerente general del diario La Prensa, Juan Lorenzo Holmann; el periodista deportivo Miguel Mendoza y el dirigente estudiantil Lesther Alemán Alfaro, brindaron sus testimonios y, sobre todo, su esperanza de unidad opositora para poder retornar a su patria.
Sobre la situación de La Prensa, en donde el régimen de Daniel Ortega acaba de inaugurar un centro de propaganda en el plantel del diario confiscado ilegalmente, Holmann aseguró que gracias a los medios digitales y a las suscripciones de sus lectores pueden seguir informando al público nicaragüense desde el exterior.
"Creemos que vamos a lograr seguir adelante, no nos han podido poner de rodillas, seguimos haciendo nuestro trabajo, informando y ofreciendo nuestra plataforma para que el nicaragüense que no tiene voz, pueda tener una para expresar su dolor", comentó Holmann.
Miguel Mendoza, periodista y bloguero, es otro de los comunicadores que continúan luchando contra la censura ahora en el exilio. Estuvo preso 598 días por haber criticado al gobierno en redes sociales y, desde que recuperó la libertad, no ha parado de informar, comentar y opinar, a pesar de que esa haya sido la causa de su detención. "Yo estaba secuestrado de manera física, pero mi mente no estaba secuestrada", aseguró.
Las víctimas del régimen Ortega-Murillo no solo fueron privados de su libertad y sus derechos, sino que también sufrieron abusos psicológicos. Holmann, quien estuvo preso desde agosto de 2021 hasta febrero de este año, sostuvo que lo que los mantenía de pie eran "las ganas de salir con fortaleza a ejercer nuestros derechos con mayor énfasis". Luego, agregó: "Se robaron nuestra libertad, pero nunca nuestra dignidad. Salimos de allí con la mente en alto habiéndolos derrotado, porque nunca nos pusieron de rodillas".
Aunque el panorama puede parecer sombrío y desolador, la esperanza del pueblo nicaragüense permanece inquebrantable. Tamara Dávila dijo que vivir dentro de Nicaragua es un acto de resistencia cotidiana, sin embargo, ella considera que "mientras haya vida, hay esperanza".
Dávila sostuvo que el pueblo nicaragüense tiene que mantenerse unido para luchar contra la dictadura. Los ciudadanos deben presionar al régimen y adoptar una postura opuesta a la de Ortega. "Tiene que haber justicia en Nicaragua, no puede haber ni perdón ni olvido. Tenemos que tener la certeza de que esto nunca más va a volver a suceder", declaró.
El dirigente universitario y activista político, Lesther Alemán Alfaro, también sostuvo una postura esperanzadora al hablar del futuro de su país. "La esperanza reside en que para vivir en Nicaragua, necesitamos salir de la dictadura", dijo el joven. Al cierre del panel, concluyó: "Tenemos un reto, y es construir una alternativa real para los nicaragüenses, que de una vez por todas supere la noche oscura que ha significado Daniel Ortega. Nosotros estamos convencidos de que los jóvenes, las mujeres y la sociedad en general estamos por salir de la dictadura, con la fuerza que nos caracteriza como nicaragüenses".