El periodista y cronista Jon Lee Anderson arrancó las jornadas de reflexión sobre el futuro del periodismo y la democracia en América Latina durante la 81ª Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). Entrevistado por Gabriela Vivanco, presidenta del Comité Ejecutivo de la SIP y directora nacional del periódico ecuatoriano La Hora, abordó el auge de los regímenes autoritarios, el papel de los símbolos políticos, el impacto del crimen organizado y la fragilidad de los estados en la región.
Anderson es autor de perfiles de figuras como Fidel Castro, Hugo Chávez, Evo Morales y Jair Bolsonaro. Con el contexto que le da una vida profesional de seguimiento a este tipo de regímenes, trazó un recorrido por el nacimiento, consolidación y caída de las tiranías modernas. “Estamos en el final de una era”, afirmó, refiriéndose al declive de las revoluciones de izquierda y al ascenso de una derecha extrema que ha entendido cómo manipular el imaginario colectivo a través de las redes sociales.
El culto al líder y la lógica del algoritmo
Uno de los puntos centrales de la entrevista fue el análisis del fenómeno de líderes como el estadounidense Donald Trump, el argentino Javier Milei y el salvadoreño Nayib Bukele. Anderson aseguró que estos personajes han comprendido que “la viralidad es la nueva virtud”, y que su poder no se basa en la razón, sino en la capacidad de generar impacto mediático. “No importa si hablan mal de uno, lo que importa es tener muchos seguidores”, dijo, recordando que Milei fue el primero en compartir en redes sociales un perfil crítico que él mismo escribió.
El periodista también reflexionó sobre el poder de los símbolos en la construcción de regímenes autoritarios. “El Che Guevara muerto adquirió una potencia muy duradera. Se convirtió en un legado potente que puede resurgir cuando el momento es propicio”, señaló. En cuanto a la sucesión en dictaduras, Anderson comparó los modelos hereditarios de Medio Oriente con los sistemas partidarios en América Latina, como en Cuba y Venezuela, donde “el partido se fortalece como mecanismo de continuidad”.
Estados fallidos y crimen organizado
Otro punto de la plática fue cómo el crimen organizado ha infiltrado los sistemas políticos. “El narco es quizás la expresión más brutal del capitalismo”, dijo. Denunció que muchos estados latinoamericanos han perdido el control territorial y el monopolio de la fuerza, y que el crimen organizado se ha convertido en una vía eficiente de movilidad social.
Sobre Haití, expresó que “es el país más pobre del continente, desamparado, y víctima del racismo histórico y del fracaso del multilateralismo”. Propuso un plan de inversión de 20 años liderado por países como Estados Unidos, Francia y Canadá, centrado en educación y reconstrucción institucional.
La verdad como propósito periodístico
Al cierre, Anderson reflexionó sobre el rol del periodismo en tiempos de desinformación. “Intentamos ser imparciales y sinceros. Buscamos algo que asemeja una verdad objetiva y lo transmitimos con justicia”, dijo. Criticó la proliferación de “alternative facts” y el impacto de figuras como Alex Jones y Donald Trump en la degradación del discurso público.
La entrevista concluyó con un llamado a la valentía, la colaboración y el propósito como pilares del periodismo en tiempos de crisis.