18 de octubre de 2025
18 de octubre de 2025
Este es uno de los momentos más emotivos de la Asamblea de la SIP: es el momento de celebrar y reconocer algunos de los mejores trabajos del periodismo de las Américas y de España.
Es el momento de honrar a varios de nuestros héroes.
En tiempos en que la mentira se disfraza de discurso político, en que gobiernos autoritarios intentan silenciar la crítica, y en que la desinformación se propaga como un virus, ustedes —los periodistas— siguen siendo la primera línea de defensa de nuestras democracias.
Cada uno de los trabajos premiados este año es una prueba viviente de que el periodismo no se rinde.
Desde quienes denunciaron el tráfico de personas en el Caribe, hasta quienes retrataron la lucha de las comunidades indígenas frente a la crisis climática en Canadá; desde las investigaciones que revelan la corrupción y la impunidad, hasta las crónicas que rescatan la dignidad humana detrás del dolor y la esperanza; todos ellos nos recuerdan que la verdad no muere, aunque intenten enterrarla.
Muchos de ustedes trabajan bajo amenazas, persecución o censura. En varios de nuestros países, informar es un acto de resistencia. Pero aun en medio del miedo, ustedes eligen salir a la calle, sacar la cámara, hacer una llamada, tocar una puerta, buscar un documento.
Eligen hacerlo porque saben que el silencio también mata, y que cada historia contada puede salvar una vida, o al menos, la memoria de una injusticia. Eso no lo puede hacer ninguna plataforma de Inteligencia Artificial.
Por eso, esta ceremonia no es solo una entrega de premios. Es una afirmación colectiva de que el buen periodismo está más vivo que nunca. De que, incluso cuando la industria atraviesa una de sus peores crisis, o cuando los gobiernos persiguen o atacan a periodistas, muchas veces con nombre y apellido, aún existen reporteros, editores, fotógrafos, ilustradores, productores y cronistas que creen en algo más grande que ellos mismos y por eso mismo, muchas veces están dispuestos a poner en riesgo sus vidas: para cumplir con el derecho de nuestras sociedades a estar informadas.
Gracias a todos los miembros de la Comisión, un agradecimiento especial a Carlos, Martha, Melba, Horacio, Ricardo y al gran y paciente Emilio. Una mención aparte a Julieta, que anda por aquí: tu compromiso y creatividad nos dio una enorme visibilidad y alcance. Leer, ver, filtrar y revisar miles de postulaciones en muy poco tiempo es muchas veces una tarea engorrosa. Pero deja de serlo cuando nos encontramos ante estos trabajos.
A quienes hoy reciben un galardón o una mención honorífica: sepan que su trabajo es una inspiración. Que sus historias cruzan fronteras y despiertan conciencias. Y que detrás de cada línea, cada imagen y cada dato, hay un eco poderoso: el de una ciudadanía que aún confía en que la verdad importa.
Ustedes nos recuerdan que nuestra misión de hacer buen periodismo es mucho más importante en estos tiempos.
Gracias por su valentía, por su rigor, y por la innovación con que siguen reinventando este oficio.
Gracias por recordarnos que el periodismo libre y comprometido, cuando se ejerce con integridad, con calidad, no solo cuenta lo que pasa: tiene un impacto que nos hace reflexionar y tomar medidas para consolidar sociedades más justas y equitativas.
En nombre de la Sociedad Interamericana de Prensa, felicidades a los ganadores y a todos los que, día a día, hacen del periodismo una trinchera luminosa.