Sr. Presidente:
En nombre de la Sociedad Interamericana de Prensa manifestamos nuestra profunda preocupación por la creciente violencia de que son víctimas los periodistas colombianos, la cual se ha traducido en varios asesinatos en las últimas semanas y, más recientemente, en la huida del país de un comunicador, el sexto en lo que va del año.
Permítanos recordarle, para ilustrar esta aciaga tendencia, los asesinatos a fines de noviembre de los periodistas Luis Alberto Rincón y Alberto Sánchez Tovar de El Playón, departamento de Santander, y el asesinato de Pablo Emilio Medina, la primera semana de diciembre, en el departamento de Huila.
Nos inquieta e indigna el recurso del asesinato para acallar a la prensa, también nos mueve a preocupación la utilización de la amenaza y el amedrentamiento -muchas veces el primer hito de un crimen- de que son objeto los colegas colombianos. La semana pasada el corresponsal de El Tiempo en Montería, Carlos Pulgarín, partió a un exilio forzado en el extranjero tras recibir amenazas de muerte directamente vinculadas a su actividad profesional.
Es particularmente preocupante que el Sr. Pulgarín haya recibido, consistentemente, amenazas desde el mes de junio y no haya habido acción de las autoridades al respecto. Asimismo nos sobrecoge constatar que esto sucede tras las acusaciones hechas por el coronel Miguel Angel Cárdenas, jefe de Estado Mayor Conjunto de la Brigada XI, quien calificó al periodista de "jefe de prensa de la guerrilla".
Señor Presidente, es imperativo que su gobierno provea de mayores garantías y seguridad a los periodistas colombianos para asegurarles un mínimo de latitud en el desarrollo de sus actividades profesionales. Permanecer impasible equivale a tolerar y condonar estos abusos que, a fuerza de repetirse, desgastan el fundamento de sociedades y democracias.
Esta no es la primera vez que nos dirigimos a Usted con solicitudes similares. Recuerdo los fructíferos encuentros que tuvimos tanto en Colombia como en Houston y somos testigos de su voluntad y determnación de detener esta sangría en contra el periodismo colombiano. Sin embargo, concordará en que las circunstancias actuales ameritan un esfuerzo extraordinario, por el bien de la integridad de nuestros colegas y de la libertad de expresión toda.
Agradecemos de antemano su gestión y estaremos atentos a sus decisiones en provecho de esta solicitud.
FUENTE: nota.texto7