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MENSAJE DE FIN DE AÑO DE LA SOCIEDAD INTERAMERICANA DE PRENSA

27 de diciembre de 1999 - 18:00


Miami, 28 de diciembre.- Este tradicional mensaje de fin de año, que me corresponde como presidente de la SIP, trasciende esta vez sus propios límites: es también un mensaje de fin de siglo, y un mensaje que no termina, que no marca el fin de algo, sino el continuo proceso en busca de la libertad de prensa. Una rápida mirada a nuestras actividades en búsqueda de esta libertad, amplia y ecuménica, revela que últimamente nuestros esfuerzos se han multiplicado enormemente, aunque lejos de ser una buena señal, esto es indicio de que la prensa ha estado más asediada que nunca en los últimos tiempos.

El año que pasó, la SIP realizó casi 20 viajes a diversos países del continente para defender la libertad de prensa, de donde trajimos buenas y malas noticias. Los casos que más nos preocupan demandaron un esfuerzo extraordinario y constante: Colombia, Cuba, Venezuela y Perú, figuran en lugar prominente en nuestra lista.

A pesar de las varias reuniones que tuvimos con el presidente Andrés Pastrana, y sus más cercanos colaboradores, Colombia sigue siendo el país donde la vida de un periodista parece tener un valor cercano a cero. Más de cinco periodistas fueron asesinados en el último año, tan sólo por realizar su trabajo. En Bogotá, en mayo pasado, tanto el presidente como el fiscal de la nación nos prometieron mayor seguridad para los colegas colombianos; en Houston en nuestra Asamblea anual, Pastrana repitió el ofrecimiento, pero la realidad parece contradecir sus palabras y acciones.

Tenemos previsto durante este año intensificar nuestra campaña por la seguriad de la prensa colombiana en un clima que se anticipa de creciente violencia debido a la radicalización del conflicto civil allí. Entretanto, nuestra solidaridad con los colegas colombianos permanece invariable.

Venezuela, desafortunadamente, ha retrocedido a oscuras épocas del pasado, que creíamos superadas, al consagrar en su nueva constitución conceptos que dañan la libertad de prensa. A pesar de un constructivo diálogo entablado por una delegación de alto nivel con las más altas autoridades venezolanas en noviembre, la Asamblea Constituyente aprobó los artículos constitucionales referidos al "derecho a la información veraz" y al "derecho de réplica", conceptos ambos que constituyen una amenaza para el libre ejercicio de la libertades fundamentales del individuo.

La posición de la SIP y de amplios sectores de la opinión pública venezolana y continental es que, pretender calificar la información es un arma de doble filo que puede ser usada contra el periodismo, debido a la arbitrariedad que supone la definición de "veraz". Vamos a mantenernos vigilantes y seguir muy de cerca la situción de la prensa en Venezuela, en caso de que esta amenaza constitutional se convierta en un hecho efectivo.

Cuba ha mostrado un constante motivo de alarma: es el país donde la libertad de prensa es una ficción. Sólo un puñado de periodistas independientes, que no se ciñen a la voz oficial, ha logrado mantener un esbozo de libertad informativa en Cuba, pero a un muy alto costo: agresiones, amenazas, prisión, que se han convertido en ocurrencias diarias para estos colegas.

Nosotros los hemos apoyado en todo lo que hemos podido últimamente hablando con los mandatarios asistentes a la Cumbre Iberoamericana de noviembre para que intercedan por ellos. Queremos pensar que nuestra campaña ha empezado a mostrar algunos tímidos resultados, por ejemplo, en el respaldo oficial que recibieron los colegas de los dignatarios asistentes a la Cumbre, entre ellos el presidente del gobierno español, José María Aznar.

También esperamos que el llamado, hecho por el presidente Ernesto Zedillo de México y otros mandatarios y por la declaración final, a respetar las instituciones y libertades democráticas sea la base para empezar a construir una verdadera libertad de prensa en Cuba. Al mismo tiempo, queremos expresar que no bajaremos la guardia. Nuestros planes para visitar Cuba y brindar apoyo a sus periodistas siguen más vigentes que nunca.

Nos preocupa también la situación en Perú. Los ataques a la prensa de oposición se han convertido en una actividad rutinaria. Los periodistas reciben amenazas de muerte, escapan del país en calidad de asilados, viven con temor, sus reputaciones mancilladas, por la acción cada vez más patente de elementos que cuentan con medios técnicos poderosos y dinero, por lo cual algunos no dudan en identificar como los servicios de inteligencia. Haremos todo lo que esté a nuestro alcance por paliar y acaso revertir esta situación, incluso ir nuevamente a Perú para discutirlo directamente con las más altas autoridades.

En otras áreas hemos avanzado también, aunque un paso adelante en libertad de prensa es a veces en respuesta a una llamada de auxilio. Más de doscientos hombres de prensa han sido asesinados en esta década. Casi ninguno de sus asesinos ha sido castigado.

Pero he aquí que hemos lanzado una red periodística para ayudar a dar con los culpables. A principio del próximo año estará ya emplazada y operativa una amplia red de periodistas investigativos cuya misión será ayudar en la investigación de casos de asesinatos de colegas, la mayoría de los cuales languidecen en despachos oficiales o han sido descartados por negligencia o corrupción oficiales.

Paralelamente hemos proseguido con nuestra labor de registro de los ataques mortales contra periodistas, la cual se ha cristalizado en el libro "Impunidad Nunca Más", un recuento de los casos más recientes investigados por la SIP: el de los periodistas colombianos Jairo Elías Márquez y Gerardo Bedoya y sus colegas brasileños, Zaqueu de Oliveira y Aristeu Guida da Silva, asesinados en 1997 y 1995 respectivamente.

La detallada investigación en torno a estos casos -emblemáticos por evidenciar muchos de los males que aquejan al periodismo- fue presentada también a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, la cual conducirá una investigación oficial para determinar responsabilidades.

Como parte de este esfuerzo de denuncia y divulgación, el caso de Zaqueu de Oliveira llegó a un tribunal provincial en Brasil, donde el acusado de su asesinato fue juzgado en noviembre, declarándosele inocente por razones de "legítima defensa" en esa primera instancia. Esto ha creado un precedente importante ya que se trata de la primera vez que se lleva a cabo un juicio de esta naturaleza.

También en este período se publicó una importante contribución a la lucha por la libertad de prensa: una complilación de leyes de prensa de todo el hemisferio -la primera y única obra en su género- que servirá como libro de referencia para todos los interesados en la materia. El proyecto Chapultepec también logró importantes respaldos como la firma del documento por el presidente de Ecuador, Jamil Mahuad.

Como se señaló al principio, llegamos al nuevo milenio en medio de una abundancia de planes e ideas que hacen augurar mejores tiempos para la libertad de prensa. El día que estos planes disminuyan o desaparezcan nuestra recompensa habrá llegado: habremos suspendido la búsqueda de la libertad de prensa, porque finalmente la habremos encontrado.

FUENTE: nota.texto7

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