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Llamado a la solidaridad.

El periodismo en el exilio y el compromiso de seguir informando

Carlos Fernando Chamorro: “El periodismo no depende de una redacción física, sino de convicciones¨.

18 de octubre de 2025 - 08:24

Punta Cana (18 de octubre de 2025) - Durante la 81ª Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), celebrada en esta ciudad, se anunció la continuidad de la Red Latinoamericana de Periodismo en el Exilio (RELPEX), una iniciativa de la SIP que busca apoyar a periodistas y medios desplazados por la persecución política en sus países. Con más de 300 integrantes provenientes de Nicaragua, Cuba, Venezuela, Guatemala y El Salvador, entre otros países, la RELPEX brinda apoyo legal, asistencia de emergencia y estipendios de empleo para periodistas que ejercen desde el exilio.

Este anuncio fue el preámbulo del foro “Periodismo y resiliencia en el exilio”, un espacio de reflexión sobre los desafíos, aprendizajes y estrategias de resistencia que han adoptado los periodistas latinoamericanos ante el avance de regímenes autoritarios. Participaron Carlos Fernando Chamorro, director de Confidencial (Nicaragua); Luz Mely Reyes, cofundadora de Efecto Cocuyo (Venezuela); y Boris Muñoz, periodista venezolano y fundador de la sección de Opinión de The New York Times en español. La conversación fue moderada por Carlos Lauría, director ejecutivo de la SIP.

El compromiso de seguir reportando

Chamorro compartió la experiencia de mantener vivo Confidencial desde el exilio, tras el allanamiento y confiscación de su redacción por parte del régimen de Daniel Ortega. “El periodismo no depende de una redacción física, sino de convicciones y del compromiso de seguir reportando la verdad”, afirmó. Desde Costa Rica, Chamorro ha liderado una redacción dispersa, enfrentando dos exilios y múltiples amenazas, pero manteniendo una audiencia fiel dentro de Nicaragua, donde el acceso a información independiente está criminalizado.

El Salvador, una Venezuela acelerada

Muñoz trazó paralelismos entre la situación de Venezuela y la creciente represión en El Salvador. “Lo que en Venezuela tomó 15 años, en El Salvador ha ocurrido en cinco”, señaló, refiriéndose al estado de excepción y al desplazamiento de medios como El Faro. Destacó la importancia de mantener el periodismo crítico desde fuera del país, adaptándose a nuevas formas de narrar y recolectar información, y resistiendo la tentación de caer en la nostalgia o el silencio.

Reinventarse para seguir informando

Reyes relató cómo Efecto Cocuyo nació como un medio nativo digital en medio del colapso democrático venezolano. “He tenido que reinventarme más que Madonna”, dijo con humor, al describir la transición desde los medios impresos tradicionales hacia un modelo digital, colaborativo y resiliente. Tras años de persecución, Reyes se vio obligada a abandonar Venezuela, enfrentando el dolor del desarraigo y la dificultad de mantener el contacto con su equipo y su audiencia. “No existe el exilio dorado ni el autoexilio. Nos sacaron del país. Eso es desgarrador”, afirmó.

Resistencia, no resignación

Ante la pregunta sobre el significado de la resiliencia para el periodismo desde el exilio, los tres panelistas coincidieron en que prefieren hablar de resistencia. Chamorro subrayó que el miedo es una constante, pero debe ser administrado para no paralizar. “No somos héroes ni mártires, pero tenemos que seguir informando, documentando la verdad, que es la base de la justicia”, dijo. Muñoz y Reyes coincidieron en que la resistencia se sostiene sobre el desgaste personal de los periodistas, pero también sobre la capacidad de generar alianzas, reinventar modelos de negocio y mantener viva la memoria.

Un llamado urgente a la solidaridad

El foro cerró con un llamado a fortalecer el ecosistema de medios independientes en América Latina. Reyes insistió en la necesidad de crear fondos de sostenimiento y mecanismos de filantropía que permitan a los medios sobrevivir en contextos de crisis prolongadas. “No podemos seguir compitiendo con las desgracias del mundo. Necesitamos recursos, visión gerencial y solidaridad para enfrentar el autoritarismo”, concluyó.

La SIP es una organización sin fines de lucro dedicada a la defensa y promoción de la libertad de prensa y de expresión en las Américas. Está conformada por más de 1.300 medios del hemisferio occidental y tiene su sede en Miami, Florida, Estados Unidos.

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