Informe del presidente de la Comisión Contra la Impunidad Licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz Viernes 8 de abril de 2011, 14:10 hrs., Marina Ballroom, San Diego, Estados Unidos
Intenso trabajo para derrotar la impunidad
A partir de nuestra reunión en Mérida, hemos desarrollado un intenso trabajo con el propósito de encarar el tamaño de los desafíos que nos presenta la impunidad en diversas latitudes de todo el hemisferio.
En este periodo, desde octubre pasado, el balance es difícil de resumir, porque se compone de avances importantes, de logros relevantes, pero también de páginas dolorosas y de episodios que siguen despertando nuestra indignación.
Hemos iniciado un giro clave en nuestra estrategia para fortalecer el papel de la sociedad civil en la defensa de la vida de los periodistas, lo que debe representar para el amplio público la defensa también de las libertades de todos.
En días pasados concluimos una etapa de este esfuerzo, lo que incluyó una intensa promoción en redes sociales y un concurso de composición y arreglos musicales sobre el tema de la impunidad, convocado por nuestra nueva página en internet, impunidad.com., que es ahora más atractiva e interactiva. La respuesta ha sido muy importante.
Pero el reto para nuestra tarea sigue siendo colosal. Desde nuestro encuentro en Mérida, cinco periodistas fueron asesinados. Ellos son: Rodolfo Ochoa Moreno, Carlos Alberto Guajardo y Luis Emmanuel Ruiz Carrillo, en México; Merardo Moreno, en Paraguay, y Henry Suazo, en Honduras. Se desconoce el paradero de Noel López Olguín, en México.
Quiero rogarles a todos ustedes guardar un minuto de silencio en memoria de estos compañeros, y como muestra de reclamo para que sus casos sean aclarados con la mayor celeridad posible.
Desde que la sociedad interamericana de prensa guarda registro sobre este tipo de atentados en todo el continente, hace ya 24 años, la cifra de periodistas asesinados o desparecidos asciende a 384. Cada uno de ellos es un motivo adicional para fortalecer nuestro trabajo, un grito claro en contra del olvido.
En esta línea de trabajo, a favor de la memoria y la justicia, podemos informar de avances concretos. En días pasados en Colombia, la fiscalía general dispuso el encarcelamiento preventivo contra dos políticos por su presunta responsabilidad intelectual en el homicidio del periodista Orlando Sierra, ocurrido en 2002. Se trata de un caso emblemático para la SIP.
Adicionalmente, apenas en marzo pasado la justicia de El Salvador emitió sentencias condenatorias en contra de 11 personas implicadas en el asesinato del foto-periodista Christian Poveda.
Desde que comenzamos el programa en contra de la impunidad, en 1995, hemos dado seguimiento a cientos de casos de colegas privados de la vida. En este periodo han sido llevadas a la cárcel un total de 137 personas bajo cargos de autoría o complicidad en este tipo de crímenes, que no sólo arrebatan a una familia a un padre, un esposo o un hijo, sino que lesionan a la sociedad en su derecho de estar informada.
Otra rama de nuestra tarea se orienta a la promoción de reformas legales que permitan una persecución más firme y más eficaz contra este tipo de criminales. Un hecho significativo en esta línea de nuestras tareas ocurrió también en Colombia, donde el 29 de diciembre fue aprobada una enmienda de ley que aumentó el plazo de prescripción a 30 años en casos de crímenes contra periodistas, avance que tiene su fundamento en recomendaciones que hicimos desde 2007, con el apoyo y participación de la Asociación de Diarios Colombianos.
En Perú, el 5 de noviembre, el poder judicial resolvió crear una jurisdicción especial para procesar homicidios y secuestros contra periodistas, un reclamo que veníamos haciendo con el acompañamiento del Consejo de la Prensa Peruana.
En Honduras, después de dos reuniones, el presidente Porfirio Lobo aceptó nuestras recomendaciones para solicitar ayuda externa, y pidió apoyo a la oficina federal de investigaciones de estados unidos, a los servicios de inteligencia de Colombia y al gobierno de España para esclarecer cuatro de nueve asesinatos cometidos contra periodistas en 2010.
En Brasil esperamos buenas noticias sobre un proyecto de ley que agravará los crímenes contra la prensa en el Código Penal. Y en México seguimos aguardando que el gobierno de Felipe Calderón cumpla con los compromisos que adquirió con nosotros el año pasado para impulsar la federalización de crímenes contra periodistas y el establecimiento de un mecanismo federal que extienda mayor protección a favor de periodistas amenazados.
Como les informaba antes, hemos terminado con un éxito muy estimulante, el concurso “Dona tu voz para los que nos tienen voz”. La promoción contó con el apoyo de artistas de todo el continente que secundaron esta iniciativa con la que se invitaba a creadores para participar en el concurso.
El propósito, les reitero, ha sido llevar este debate y esta reflexión al grueso del público. Desde noviembre de 2010, cuando iniciamos esta nueva experiencia, recibimos más de 150 videos muy creativos de gente cantando y letras “donadas” por artistas aficionados de todos los rincones del mundo. Creadores lo mismo de Argentina, México, Brasil, Chile, Guatemala, Colombia, Ecuador y Estados Unidos, que de España, Grecia o Guinea Ecuatorial, respondieron con su talento y simpatía ante esta propuesta.
Nuestra página en internet registró más de 250 mil visitas de 180 países del mundo, y decenas de miles de personas apoyaron a los concursantes con sus votos. Quiero agradecer el compromiso de muchos de nuestros diarios socios por apoyar esta campaña y promoverla a través de las redes sociales. Los invito a todos ustedes a visitar nuestra página y escuchar algunas de las canciones que motivaron a tantos participantes.
La canción “No temas”, de la cantautora de Juliana Castro, de Argentina, fue declarada ganadora por un jurado integrado al efecto. Este es nuestro primer himno para nuestro proyecto. Escuchémoslo.
Estamos muy asombrados sobre los primeros resultados de esta labor que ya ha logrado conectar, sensibilizar e inspirar a cientos de miles de personas sobre la causa contra la impunidad y en defensa de la libertad.
Queremos que sean millones las que se acerquen a nosotros en este reclamo. Si logramos que la voz de la sociedad civil se escuche más fuerte, esa voz obligará a los políticos a trabajar más en la protección de los periodistas, y advertirá a los violentos que la comunidad apoya a sus periodistas y vela por su seguridad.
En otro orden de ideas, quiero anunciarles que para fines de agosto en Puebla, México, desarrollaremos la Conferencia Hemisférica: “Políticas públicas para combatir la impunidad”. En esta ocasión estamos convocando a estudiantes y académicos de 25 universidades de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Perú y Venezuela, entre otros países.
Estamos convencidos de que a través de investigaciones académicas, de la inteligencia y la pasión de jóvenes y sus maestros, podrá haber aportes importantes y recomendaciones sobre reformas legales y jurídicas en pos de una lucha más eficiente en contra de la violencia y la impunidad.
Estamos seguros que este trabajo ayudará también a los líderes del futuro a comprender mejor nuestra profesión y el mercado al que pronto se insertarán. Estaremos formando a los próximos apóstoles de esta causa.
Debo dejar al final, pero no por ello es menos importante, el trabajo que desarrollamos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, cuya labor es extender un manto protector para aquellos casos que han agotado ya todas las instancias en los respectivos países, pero que se hallan en un callejón sin salida debido a la corrupción, la irresponsabilidad o la desidia de autoridades y jueces, todo eso que alimenta el fenómeno de la impunidad.
Hasta ahora hemos elevado ante la citada comisión 27 investigaciones de crímenes sin resolver. Necesitamos más apoyo de esta Comisión, más empeño, para que la justicia llegue por fin e impida que la impunidad siga alimentando un círculo vicioso, con más violencia y más atropellos.
Gracias a todos ustedes por su apoyo y solidaridad en esta labor que tanto nos exige y, a la vez, tanto nos nutre.
Muchas gracias.