15 octubre 2004

Octubre 2004, Antigua

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Informe del presidente de la Comisión de Impunidad Alberto Ibargüen, The Miami Herald, 24 de octubre del 2004 Asamblea General de la SIP Antigua, Guatemala

Nuestra lucha contra la impunidad continúa con avances y retrocesos.

En lo positivo, nos entusiasma que el estado de Guatemala, a través de su presidente Oscar Berger, haya admitido en julio pasado su responsabilidad internacional ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, por el asesinato del periodista Jorge Carpio Nicolle, ocurrido en 1993. Este gesto, sumado a la responsabilidad admitida años atrás por el caso de Irma Flaquer, crea antecedentes importantes que nutren el sistema jurídico interamericano y que podrán ser utilizados para tratar de esclarecer otros crímenes contra periodistas.

Como recordarán, ambos asesinatos son parte de las investigaciones originales de nuestro proyecto Crímenes Sin Castigo Contra periodistas, cuyos resultados nos permitieron impulsar estos dos casos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

La insistencia de nuestra organización ante el actual presidente de México, Vicente Fox, también arrojó saldo positivo. Por primera vez en la historia de ese país, el crimen de un periodista es absorbido por la jurisdicción federal. Se trata del caso del periodista Francisco Ortiz Franco, editor del semanario Zeta, de Tijuana, quien fue asesinado por narcotraficantes, semanas después de que nos prestó colaboración durante la revisión del expediente de Héctor Félix Miranda.

Esa decisión ya ha creado un antecedente en México. Las autoridades nacionales también atrajeron a su jurisdicción el caso del periodista Francisco Arratia Saldierna, asesinado a fines de agosto.

El gobierno mexicano envió al Congreso federal un proyecto de ley que permitirá a la Procuraduría General de la República, asumir la investigación de casos graves contra los derechos humanos, incluidos los asesinatos contra periodistas.

También nuestros esfuerzos estuvieron enfocados en Brasil, donde una similar legislación, a la que solo le resta ser aprobada por el Senado nacional, permitirá que los crímenes contra periodistas sean absorbidos por la jurisdicción federal.

Existen otros datos concretos sobre los avances que estamos logrando: de los 56 casos que hemos investigado desde 1995 hasta la actualidad, hubo sentencias en 20 de ellos, y 36 individuos están en la cárcel como autores materiales.

En lo negativo, tenemos que lamentar varios hechos.

En primer término, en lo que consideramos como un retroceso a la lucha contra la impunidad en Colombia, a principios de octubre fue liberado Luis Carlos Molina Yepes, quien cumplía una sentencia por el asesinato de Guillermo Cano. Yepes, el hombre que procuró las armas y vehículos a los sicarios que asesinaron a Cano, recuperó su libertad tras solo seis años de prisión, favorecido por el mecanismo de rebaja de penas, tras fabricar escobas y veladores en la cárcel.

Tenemos la esperanza que con el nuevo Código Penal de Colombia que entrará en vigencia en el 2005, en el que los crímenes contra periodistas tienen agravantes, se refuerce la lucha contra la impunidad.

Lamentablemente, la violencia no está declinando, y a la lista de países donde matan periodistas debemos incorporar en este último semestre a Perú, Paraguay, República Dominicana y Venezuela.

Desde nuestra última reunión en marzo, han sido asesinados nueve periodistas y un voceador: Jorge Lourenço dos Santos y José Carlos Araújo, de Brasil; Francisco Arratia Saldierna, Francisco Ortiz Franco y Roberto García Mora García, de México; Samuel Román, de Paraguay; Alberto Rivera Fernández, de Perú; Juan Andújar, de República Dominicana y Mauro Marcano, de Venezuela.

Los violentos no se ensañan solo contra los periodistas, sino también contra otros actores de los medios de comunicación. En septiembre pasado, en Colombia, Jaime Alberto Madero Muñoz, voceador durante 20 años en la Plaza de Mercado de Santa Marta, fue asesinado por vender ejemplares de El Informador en el que se publicaba la noticia sobre la captura de seis reconocidos paramilitares que operaban en esa región. El voceador fue amenazado de que perdería su vida si pregonaba esa noticia.

En honor a todos ellos, pido un minuto de silencio.

Proseguiremos trabajando en contra de la impunidad en varios frentes:

Seguimos con las investigaciones de nuestra Unidad de Respuesta Rápida sobre los casos de Santiago Leguizamón y Samuel Román en Paraguay y los de Zelmar Michelini, Rodolfo Fernández Pondal y Marcelo Gelman, en Argentina.

Ya fuimos citados para febrero próximo a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, adonde seguiremos insistiendo ante el gobierno del Brasil por nuestras investigaciones sobre Aristeu Guida da Silva, Ronaldo Santana de Araújo, Manoel Leal de Oliveira y Zaqueu de Oliveira.

Continuaremos nuestra labor con las procuradurías estatales mexicanas de Baja California y Chihuahua para la revisión de los expedientes de Héctor Félix Miranda y Víctor Manuel Oropeza, otros de los dos casos que comenzamos a investigar en 1995.

En conjunto con la Comisión de Periodistas en Riesgo que preside Enrique Santos Calderón, seguimos dándole importancia al trabajo de prevención. En los últimos meses, hemos entrenado a 334 periodistas en seminarios que hemos ofrecido para enseñar cómo minimizar riesgos en zonas hostiles y durante coberturas noticiosas. El más reciente seminario lo efectuamos en Puerto Príncipe, Haití, justo durante las escaramuzas a principio de octubre. Otros países donde realizamos seminarios fueron: Argentina, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, Paraguay y Venezuela.

Por otro lado, creemos que es fundamental seguir con la campaña de educación pública a través de los avisos que 227 publicaciones de todo el continente siguen publicando todos los meses. Creemos que muchos de los logros y avances que estamos logrando con los gobiernos, se debe en gran parte a la avalancha de cartas y peticiones de ciudadanos comunes que esta campaña genera. Nuestra página www.impunidad.com es visitada por más de 600 personas promedio en forma diaria.

Quiero agradecer el compromiso a cada una de estas publicaciones e invitar a las que no lo están haciendo, porque sí se están viendo los resultados concretos.

En los próximos meses iniciaremos una campaña a través de las radios con el apoyo de la Asociación Internacional de Radiodifusión, y seguramente multiplicaremos nuestro impacto.

Una vez más, quiero expresar nuestro especial agradecimiento a la Fundación John S. y Lames L. Knight, que nos permite seguir realizando este importante trabajo a favor de la libertad de prensa y de la democracia en el hemisferio occidental.

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