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Contar el Exilio.

Guatemala: una redacción perseguida

Este texto forma parte de la serie Contar el Exilio, producida en colaboración con DW Akademie, el Instituto de Prensa y Libertad de Expresión -IPLEX- y la Red Latinoamericana de Periodismo en el Exilio -RELPEX-. Forma parte del proyecto Space For Freedom en el marco de la iniciativa Hannah Arendt financiada por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania.

3 de junio de 2025 - 10:51

Las denuncias de corrupción publicadas por elPeriódico de Guatemala lo convirtieron en blanco de una feroz persecución, que culminó con la detención de su presidente, José Rubén Zamora, y el exilio de varios miembros de su redacción, quienes enfrentan procesos judiciales en su país.

El exilio forzado

Cada quien extraña a su manera. Julia Corado, como muchos exiliados, anhela la compañía de su familia, en especial la de su madre de 97 años. Pero también echa de menos los sabores de su tierra: champurradas, pepián, el delicioso kak'ik, plátanos en mole y las chucherías como los TorTrix.

Alex Valdéz también extraña a su familia y aquellos días en los que podía ejercer el periodismo sin miedo a ser encarcelado. "Se extraña todo: cosas tan simples como ir a un restaurante, una charla trivial con amigos. Incluso lo que parecía insignificante en la vida cotidiana cobra un valor especial", reflexiona.

Para Rony Andrés Ríos, el exilio significó abandonar su hogar sin tiempo siquiera para despedirse. "Extraño a mi familia, mi novia, la cultura, la comodidad de mi cuarto, adaptado a mis gustos. Dejarlo todo atrás de manera abrupta es devastador", confiesa.

Cristian Vélix recuerda con nostalgia las reuniones con amigos para discutir diversos temas. "Ahora, muchos han dejado de tener contacto conmigo por temor. Extraño esas charlas, la familia, la comida…hasta el café guatemalteco se extraña, porque tiene un sabor distinto al de afuera".

Para Gerson Ortiz, el exilio tiene otra lectura: "Es difícil extrañar un país que expulsa a sus periodistas y a quienes lucharon contra la corrupción. Sin embargo, extraño a mi familia y los proyectos que tenía en Guatemala".

Estos periodistas formaban parte de elPeriódico, un medio que fue blanco de represalias estatales. El 29 de julio de 2022, su presidente, Jose Rubén Zamora, fue encarcelado durante 800 días. La Fiscal General de Guatemala no se detuvo allí: en noviembre de 2022, logró el cierre de la edición impresa del diario tras un boicot comercial y político. En febrero de 2023, un juez inició un proceso penal contra seis periodistas y dos columnistas de la publicación.

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La incertidumbre en el extranjero

"Sin el apoyo de una organización de derechos humanos, no habría podido permanecer fuera de Guatemala ni una semana", reconoce Corado. Tras salir del país sin recursos, encontró refugio en gracias a una beca de estudios.

El impacto económico de la persecución también fue severo. "Después de la captura de Zamora, la empresa sufrió un estrangulamiento financiero. Fueron meses sin salarios ni ingresos adicionales", recuerda Valdéz.

Para Ríos, los últimos meses en elPeriódico fueron una agonía. "Trabajar mientras tu jefe está en prisión, con las cuentas embargadas y sin recibir salario durante casi tres meses, fue extremadamente difícil. Pero continué porque creía en lo que hacía".

Adaptarse a un nuevo trabajo tampoco fue sencillo. "En mi nuevo empleo, mis reportajes eran censurados porque el medio respondía a una agenda gubernamental. Preferí renunciar", dice Vélix. Para subsistir, intentó acogerse a un programa de empleo comunitario en México, pero nunca recibió la autorización necesaria.

Ortiz también enfrentó obstáculos para seguir ejerciendo el periodismo. "Después de meses desempleado y sin ganas de regresar a la profesión, empecé a colaborar con medios. Pero trabajar con miedo es agotador: medir cada palabra, preguntarte si firmar una nota te traerá problemas... Todo se vuelve una amenaza".

Riesgos latentes

El Ministerio Público ha bloqueado el traslado del caso contra los periodistas a un tribunal de imprenta, como estipula la ley. A pesar de que tres instancias judiciales han desestimado los cargos, la Fiscalía sigue promoviendo acciones penales.

"Si bien una jueza independiente frenó la investigación, el peligro sigue latente mientras el Ministerio Público esté controlado por actores corruptos", advierte Valdéz.

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Para Ríos, la amenaza persiste: "Mientras el caso no se cierre, sigue siendo un arma lista para ser disparada". Gonzalo Marroquín, ex columnista de elPeriódico, quien fue incluido en la lista de periodistas y columnistas criminalizados, señala la estrategia utilizada en su contra: "Nos acusaron de 'conspiración para obstruir la justicia', una interpretación absurda de la Ley contra el Crimen Organizado".

Resistencia y periodismo en el exilio

A pesar de las adversidades, estos periodistas han encontrado formas de seguir informando. Corado es codirectora de eP Investiga, un proyecto nacido tras la clausura de elPeriódico. Valdéz y Ríos trabajan en Prensa Comunitaria, un medio que ha acogido a periodistas en el exilio.

"Desde Prensa Comunitaria, seguimos visibilizando problemas que afectan a la población", afirma Ríos. Marroquín enfatiza la necesidad de continuar informando sobre corrupción e impunidad en Guatemala, a pesar de los riesgos.

Vélix, ahora en Prensa Comunitaria, reconoce que el exilio ha sido una lección dura. "Debemos estar preparados con protocolos de seguridad y un plan de evacuación. No los teníamos, y eso nos costó caro".

Un gobierno sin garantías para la prensa

Los periodistas coinciden en que el gobierno de Bernardo Arévalo ha traído algunos cambios positivos, pero insuficientes. "Mientras Consuelo Porras siga al frente del Ministerio Público, la criminalización de la prensa continuará", sentencia Valdéz.

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Marroquín destaca que el Ejecutivo ha mostrado intención de respetar la prensa, pero la Fiscalía sigue reprimiendo a quienes denuncian la corrupción. Denis Aguilar, otro de los periodistas criminalizados, es tajante: "nada ha cambiado. Seguimos viendo ataques contra periodistas y el gobierno no ha tomado medidas concretas para garantizar la libertad de prensa".

El periodismo guatemalteco, pese a la persecución, sigue en pie. En el exilio o dentro del país, los periodistas que laboraron para elPeriódico continúan informando, convencidos de que su labor es fundamental para la democracia.

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