México

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El ejercicio del periodismo se desarrolla en medio de la peor espiral de violencia de los últimos años. Entre enero del 2007 y julio del 2008 se han producido al menos cuatro mil muertes derivadas principalmente de enfrentamientos entre bandas del crimen organizado por la lucha de territorios. La mayor parte de las víctimas pertenece a integrantes de las bandas delictivas, sin embargo, a la lista de afectados hay que sumar civiles inocentes que han quedado en medio del fuego cruzado y decenas de personas que han sido secuestradas. El aumento de la violencia se dio desde que el presidente Felipe Calderón decidió combatir con el Ejército Mexicano y las policías federales a los cárteles de la droga. En este escenario de violencia, las libertades de expresión y prensa han sufrido ataques. En los últimos seis meses tres periodistas perdieron la vida y las agresiones e intimidaciones contra comunicadores y medios de comunicación continúan. La falta de resultados en investigaciones de crímenes y atentados contra periodistas y medios de comunicación evidencia una ausencia de voluntad de los Gobiernos estatales y federal para resolverlos. El caso más representativo es el del periodista Alfredo Jiménez Mota, del periódico El Imparcial, quien permanece desaparecido desde el 2 de abril del 2005. Un informe muy completo sobre la impunidad existente lo arrojó el reporte elaborado por la Misión Internacional de Periodistas que entre el 20 y 25 de abril visitó el país. La Misión Internacional, integrada por 11 agrupaciones nacionales e internacionales defensoras de libertad de prensa y de protección a periodistas, entre ellas la SIP, advirtió que los principales obstáculos para el ejercicio periodístico son el crimen organizado, la corrupción, la falta de voluntad política y la omisión del Estado mexicano para proporcionar protección y asegurar la seguridad de los periodistas. Otro de los obstáculos que no se ha eliminado es la distribución arbitraria de la publicidad oficial frecuentemente utilizada por los gobiernos locales y estatales como herramienta de presión y control. Esta se asigna como premio o castigo a criterio del gobernante en turno. Un caso emblemático de este problema lo representa el periódico AM de León que ha sufrido un boicot publicitario por parte del Gobierno del Estado por las críticas contra la actividad gubernamental estatal. Por otro lado, los ataques verbales de autoridades estatales y locales contra medios de comunicación para desacreditar su trabajo periodístico, son acciones cada vez más frecuentes y tendientes a debilitar a la prensa crítica e independiente. En lo positivo se destaca el compromiso formal del Gobierno Federal y de la Comisión legislativa contra las agresiones a periodistas, avanzándose en una propuesta de reforma legal para concretar la federalización de los crímenes contra la Libertad de expresión, incluidos las agresiones contra los periodistas, bajo la consideración del papel social que juegan los medios y los periódicos. Cronología de hechos importantes: * El 7 de abril fueron asesinadas las reporteras Teresa Bautista Flores y Felicitas Martínez, de 24 y 20 años respectivamente, quienes trabajaban para la estación radial de la comunidad indígena Triqui, “La Voz que Rompe el Silencio”. La radio, localizada en la ciudad de Oaxaca, Oaxaca, se había distinguido por denunciar los abusos cometidos en contra de la comunidad india de la zona y recibió ataques verbales previos. * El 8 de mayo del 2008 el periodista Emilio Gutiérrez Soto, del diario "El Norte” de Ciudad Juárez, denunció que un grupo de 50 militares ingresó de manera violenta a su domicilio en esa ciudad, y realizaron un cateo sin la orden respectiva. El periodista interpuso una queja por los acontecimientos ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y se internó a Estados Unidos en donde solicitó asilo político a las autoridades migratorias de ese país. Actualmente se encuentra arraigado en el Centro de Detención Migratoria de El Paso, Texas, en donde fue notificado el pasado 25 de julio del otorgamiento del posible asilo. * El 13 de junio del 2008 el fotógrafo Tomás Montejo de un periódico local de Villahermosa, Tabasco, denunció que policías municipales lo agredieron y le robaron la memoria de su cámara mientras hacia la cobertura de un evento de entrega de compensaciones económicas. Los agentes argumentaban que por culpa de los medios estaban “matando” a los policías, pues los estaban “vendiendo con Los Zetas”, al señalarlos con las fotos que se publican. * El 30 de julio del 2008 personas desconocidas dispararon en contra de las casas particulares de los locutores Jorge Aragón y Melesio Melchor, de la Radio comunitaria "Zaachila". Los hechos ocurrieron alrededor de las 2:00 horas y en las fachadas de las viviendas se localizaron casquillos de balas calibres 38 súper y 22. Los comunicadores responsabilizaron al Edil de Zaachila, Noé Pérez, quien los acusa de ser una "radio pirata". * El 1 de agosto del 2008 el reportero Víctor Molina, del diario "La Verdad", de Ciudad Victoria, Tamaulipas, fue detenido y arrestado por agentes de la Policía Municipal en el interior de su domicilio. El periodista dijo que junto con su familia estaba en un convivio cuando al lugar arribó un operativo policiaco y fueron detenidos, agredidos verbalmente y golpeados. * El 5 de agosto del 2008 el reportero Jorge Inzunza, del “Sol de Sinaloa”, fue agredido a culatazos y despojado de su cámara por soldados, cuando captaba imágenes de un enfrentamiento con presuntos delincuentes. * El 24 de septiembre el periodista y locutor Alejandro Fonseca Estrada, de Villahermosa, Tabasco, fue asesinado por desconocidos mientras colocaba mantas de protesta en las calles por la ola de violencia que vive esa ciudad. Los textos de las lonas, entre otras cosas, decían: “ El secuestrador vive hasta que la ciudadanía quiere”. Hasta el momento no hay responsables detenidos por los hechos. *El presidente del Grupo Reforma, Alejandro Junco, abandonó el país el pasado mes de septiembre junto con sus familiares ante supuestas amenazas del crimen organizado. Otros hechos similares han ocurrido en los últimos meses entre reporteros de medios impresos de la frontera norte, quienes han tenido que refugiarse en Estados Unidos para evita represalias del narcotráfico.

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