Por: Mariana Belloso
Por: Mariana Belloso
Durante el tercer día de la 81ª Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), celebrada en Punta Cana, República Dominicana, se llevó a cabo el panel “Innovación y regulación: Un diálogo para el ecosistema de noticias”, con la participación de Paul Deegan, presidente de News Media Canada, y Martín Etchevers, de Clarín, Argentina.
Ambos analizaron los avances y desafíos del modelo canadiense de compensación a medios por el uso de sus contenidos en plataformas digitales, así como el impacto de la inteligencia artificial en el periodismo.
Respuestas dispares
Canadá ha sido pionero, junto con Australia y algunos países europeos, en establecer esquemas regulatorios que buscan equilibrar el ecosistema digital, obligando a las grandes plataformas tecnológicas a compensar a los medios por el uso de sus contenidos. La Online News Act, aprobada hace dos años, ha sido clave en este proceso.
“Google fue profesional en el trato, aunque no quería ver regulación en Canadá ni en ningún lado”, explicó Deegan. Tras tensiones iniciales, se logró un acuerdo con el gobierno canadiense para crear un fondo anual de 100 millones de dólares, indexado a la inflación, del cual 63 millones se distribuyen entre medios informativos, 7 millones al canal público CBC, y 30 millones a otros radiodifusores. “Cada periodista recibe unos 16,400 dólares al año, lo que es comparable con acuerdos cerrados por medios como The New York Times”, añadió.
En contraste, Meta optó por eliminar las noticias de sus plataformas en Canadá para evitar cumplir la ley, lo que ha generado preocupación por el acceso a información verificada. “Es una paradoja que en Facebook o Instagram se pueda ver propaganda política, pero no noticias periodísticas”, señaló Etchevers.
Las tres C aplicables a la IA
El panel también abordó el impacto de la inteligencia artificial en el periodismo. Etchevers advirtió que, aunque estas herramientas tienen potencial para apoyar el trabajo de investigación, también están generando nuevas formas de desinformación. “Las tasas de error en respuestas informativas se duplicaron en el último año, pasando de 18% a 35%”, dijo, citando datos recientes.
Ambos panelistas coincidieron en que los motores de IA deben respetar tres principios básicos: consentimiento, compensación y crédito. “Esto debe ser parte de la mesa de negociación. No puede haber rastreo de contenidos sin estas tres ‘C’”, afirmó Deegan. En Canadá, ya se han iniciado demandas contra empresas que usan contenidos sin autorización, incluyendo una contra una compañía local.
Presión geopolítica y riesgos regulatorios
Otro tema abordado fue la presión geopolítica que ejerce Estados Unidos para frenar regulaciones que afecten a sus gigantes tecnológicos. Deegan alertó que la estrategia de IA de la Casa Blanca ni siquiera menciona la palabra “copyright”, lo que refleja una postura preocupante.
“La relación comercial con Estados Unidos ha cambiado de la noche a la mañana. Es un riesgo enorme para la evolución de la regulación”, advirtió.
Etchevers agregó que, si Estados Unidos exige respeto a la propiedad intelectual en sectores como la farmacéutica o la biotecnología, debería aplicar el mismo estándar a los contenidos periodísticos, fundamentales para la salud democrática.
El rol del Estado en el financiamiento del periodismo
Canadá ha implementado políticas públicas para apoyar la sostenibilidad del periodismo. Una de ellas es un crédito fiscal laboral del 35% sobre los salarios de periodistas, hasta un tope de 85,000 dólares anuales, lo que representa cerca de 30,000 dólares por periodista. Sumado al aporte de Google, los medios reciben una compensación significativa.
Además, se impulsa que al menos el 25% del presupuesto publicitario del gobierno federal se destine a medios informativos. Provincias como Ontario ya lo han implementado, y se busca replicarlo a nivel nacional.
“Si sumas los 30,000 del gobierno y los 16,000 de Google, estás hablando de dinero real”, destacó Deegan.
Etchevers compartió una experiencia similar en Argentina, donde una ley electoral obliga a los partidos políticos a invertir parte de sus fondos públicos en medios periodísticos digitales.
“Es un pequeño paso, pero importante para garantizar que el periodismo basado en hechos tenga financiamiento”, concluyó.
Un modelo replicable para América Latina
El caso canadiense ofrece lecciones valiosas para América Latina, donde los medios enfrentan desafíos similares: caída de ingresos publicitarios, concentración del mercado digital, y amenazas crecientes de desinformación. La experiencia de Canadá demuestra que es posible diseñar políticas públicas que fortalezcan el periodismo sin comprometer su independencia editorial.
“Canadá es una democracia occidental, capitalista, nadie puede acusarla de estatismo. Pero ha entendido que el deterioro de los ingresos de los medios es un problema democrático”, concluyó Etchevers.