Colombia

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57ª Asamblea General Washington, DC 12 – 16 de octubre del 2001 COLOMBIA Este ha sido uno de los períodos más violentos para la prensa colombiana en los últimos años. Desde Fortaleza (Brasil), se han registrado siete asesinatos de periodistas por razones de oficio. La mayoría han sido periodistas de radioemisoras comunitarias en zonas de conflicto armado. También se ha contabilizado un alto número de amenazas y agresiones. El Comité de Protección de Periodistas del Ministerio del Interior informó que se registraron 28 amenazas contra medios y periodistas de marzo a octubre. Esa entidad recibió 56 solicitudes de ayuda y entregó asistencia económica y humanitaria a 34 periodistas. Seis salieron del país con ayuda oficial. A continuación, los principales hechos que afectaron la libertad de prensa: En marzo, la Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía no encontró prueba directa para dictar medida de detención contra el ex alcalde de Barranquilla y sacerdote Bernardo Hoyos, en el proceso por el asesinato del periodista Carlos Lajud Catalán. Hoyos había sido llamado a indagatoria en diciembre de 2000 por las declaraciones de dos testigos. El sacerdote, presunto autor intelectual, sigue vinculado a la investigación. El 17 de marzo fue secuestrado por un grupo guerrillero de las FARC, el periodista y analista internacional de la cadena Radionet, Guillermo Angulo Peláez, quien se hallaba en su finca de reposo a una hora de Bogotá. Angulo fue liberado el 31 de agosto. La procuraduría general de la nación solicitó a la fiscalía general abrir investigación formal contra el periodista Raúl Benoit, corresponsal de Univisión, en relación con supuesto atentado de que fuera objeto el 15 de febrero en la ciudad de Cali y por el cual se vinculó equivocadamente a un agente de policía como supuesto sicario. La procuraduría pidió investigar a Benoit por falso testimonio y desviación de la investigación y el mes pasado fue citado por la fiscalía para responder a esos cargos. En abril, un tribunal de París denegó que fuera retirado el libro “La rabia en el corazón”, en el que la congresista Ingrid Betancourt acusó al ex presidente Ernesto Samper de complicidad con el narcotráfico y de asesinatos. El juez que recibió la demanda entablada por Samper resolvió que se inserte en el libro la protesta presentada por el ex mandatario. Delincuentes comunes asaltaron un camión de El Tiempo en las afueras de Bogotá. Los atracadores golpearon al conductor y robaron 20.000 ejemplares que iban hacia municipios aledaños a la capital. El director de la cárcel de La Picota de Bogotá ordenó sacar a la fuerza al editor judicial del canal RCN, Juan Carlos Giraldo, luego de que el periodista insistiera en entrevistar a un recluso. La entrevista había sido aprobada por el fiscal general de la nación. Luego de una exhortación que hiciera la SIP en su reunión de Fortaleza (Brasil), la fiscalía cuarta especializada de Bogotá apeló el fallo de primera instancia en el que se absolvía a los sindicados del asesinato del periodista Nelson Carvajal, muerto el 16 de abril de 1998 en Pitalito, Huila. El Canal RCN advirtió que el gobierno le hizo “una petición expresa” para que no se emitiera una entrevista con el líder de las Autodefensas Unidas de Colombia, Carlos Castaño, a través del programa “La Noche”, dirigido por Claudia Gurisatti. El gobierno argumentó que la entrevista “pondría en grave riesgo el proceso de paz en Colombia”. El embajador de Colombia en España, Carlos Ardila, propietario del canal, renunció a su cargo. El semanario nariñense El Otro fue blanco de un atentado con explosivos el 19 de abril en la ciudad de Pasto. El director de la publicación, Ricardo Romero, ex guerrillero del M-19, dijo que la acción terrorista era una respuesta a las denuncias sobre corrupción que ha hecho su periódico. El periodista Fernando Sabogal interpuso denuncia formal ante la URR de la SIP por amenazas de los paramilitares contra su vida. Sabogal dice haber aparecido en una lista de 100 amenazados que circuló en la ciudad de Popayán. El 27 de abril fue asesinado en pleno centro del puerto de Tumaco el corresponsal del semanario Voz del partido comunista, Flavio Bedoya Tovar, quien fue baleado por cuatro hombres mientras descendía de su vehículo. Su último trabajo fue una entrevista con un comandante de la guerrilla de las FARC. El crimen se atribuye a los paramilitares. En mayo, los candidatos a la presidencia Alvaro Uribe Vélez, Noemí Sanín y Horacio Serpa, expusieron sus posiciones sobre la libertad de prensa en un foro en la Universidad Sergio Arboleda y coincidieron en plantear que el gobierno debe garantizar el ejercicio de la profesión del periodismo en medio del conflicto armado. El periodista de radio Edgar Artunduaga oficializó su renuncia al popular programa de humor “La Luciérnaga”, del Canal Caracol, tras advertir que su retiro fue motivado por presiones del gobierno del presidente Andrés Pastrana , al que satirizaba continuamente en su programa. Fue asesinado en Cali el periodista deportivo del “Noticiero Notipacífico”, Yesid Marulanda. Hombres a bordo de una camioneta de vidrios polarizados le dispararon en cinco oportunidades y lo remataron en el piso, cuando el periodista salía de sus clases de derecho en la Universidad Santiago de Cali. Marulanda había liderado una campaña de denuncia contra un programa de vivienda popular que se robó el dinero de los compradores. El Comité para la Protección de los Periodistas de Nueva York (CPJ) dio a conocer una lista en la que incluyó al líder de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), Carlos Castaño, entre los 10 enemigos principales de la libertad de prensa en el mundo. Castaño está vinculado a varias investigaciones por asesinato de periodistas. Las AUC respondieron diciendo que no son los únicos responsables de la muerte de periodistas, pero advirtieron que serán objetivo militar los comunicadores que consideren como “estafetas de la guerrilla”. Mediante tres llamadas telefónicas al periódico El Tiempo fueron amenazados de muerte los periodistas Marta Elvira Soto, Sergio Ocampo, Orlando Gamboa y Carlos Pulgarín. Todos han efectuado investigaciones o publicado informes sobre paramilitarismo y guerrilla. Un carro bomba estacionado frente a las instalaciones del semanario Voz, en Bogotá, fue desactivado por expertos antiexplosivos de la policía. El vehículo estaba cargado con 250 kilos de dinamita. Según el director de la publicación, Carlos Lozano, los autores serían los paramilitares de las AUC. Un periodista, un fotógrafo y un conductor de El Colombiano de Medellín fueron interceptados por guerrilleros de las FARC cuando viajaban hacia el municipio de San Francisco de Antioquia. Los asaltantes se robaron el vehículo. Milicias urbanas, disidentes de la organización subversiva ELN, emitieron un comunicado el que cuestionan la labor de los periodistas en Colombia y los acusan de no ser neutrales en la cobertura informativa. El periodista Carlos Lajud del canal local City-TV y el sargento Alberto Cantillo, jefe de prensa de la policía metropolitana, fueron heridos por esquirlas de una bomba detonada por las FARC en Bogotá. Cinco periodistas de Cali interpusieron denuncia formal luego de ser amenazados, mediante un comunicado, por las Autodefensas Unidas de Colombia. Ellos son: Hugo Mario Palomari, Jaime Gallego y Eduardo Esquivel del Canal Caracol, Eduardo Manzano de “Notipacífico” y Gildardo Arango de “Noticinco”. Las AUC negaron la acusación. En junio, dos artefactos explosivos fueron lanzados por manifestantes contra la sede del canal City-TV en el centro de Bogotá, con motivo de un paro nacional convocado por las centrales obreras. Los explosivos causaron daño en el primer piso del edificio en los momentos en que el canal transmitía su programación. En Bucaramanga, un grupo de policías agredió al camarógrafo del Canal RCN, Wilfrido Pinto, al corresponsal del Canal Caracol, Javier Mauricio Santoyo, y al camarógrafo Oscar Patiño Pereira. Uno de los agentes golpeó en la cara a Patiño y le rompió la cámara. Santoyo y Patiño denunciaron el hecho ante la oficina del comisionado de la policía y pidieron una indemnización por la cámara destruida. La Fundación Prensa Libre comunicó que suspende labores por amenazas de la extrema izquierda. Fue secuestrado en el municipio de Yopal, Casanare, el periodista Carlos Reina. Era distribuidor de El Espectador y había trabajado en El Tiempo y la cadena RCN. La periodista Claudia Gurisatti, quien tuvo que abandonar el país por un atentado contra su vida que estarían organizando las FARC, regresó al país y a la presentación de noticias en el Canal RCN. También seguirá dirigiendo el programa de opinión “La Noche”, del mismo canal. El 27 de junio fue asesinado el periodista Pablo Emilio Parra Castañeda en el municipio de Planadas, departamento del Tolima. Prada era periodista y gerente de la emisora Planadas Stereo y presidente de la Cruz Roja en ese municipio. Los hombres que lo asesinaron se identificaron como milicianos de las FARC y dejaron en su cuerpo un letrero que decía: “por sapo”. En julio fue secuestrado en Santa Marta el periodista de Telecaribe, Ramón Campo González, presuntamente por delincuentes comunes. El periodista fue liberado pocos días después. El 4 de julio fue asesinado Arquímedes Arias Henao, propietario de la emisora Armonía FM Stereo, en el departamento del Tolima. Un hombre ingresó a la emisora y le asestó tres balazos. Arias había ejercido el periodismo desde los 18 años y evitaba los temas políticos o de denuncia. Se desconocen los motivos de su asesinato. Un día después fue asesinado el periodista José Dubiel Vásquez, director de la emisora Voz de la Selva, en Florencia, departamento de Caquetá. Dos hombres en una motocicleta lo esperaron a la salida de la emisora y le asestaron dos balazos. Dubiel Vásquez salía de dirigir el noticiero de la mañana. Su esposa afirmó que “lo mató la guerra sucia que vive Colombia”. El año pasado otros dos periodistas de la misma emisora fueron asesinados. El 8 de julio fue asesinado en el Puerto de Buenaventura el periodista Jorge Enrique Urbano, director de la emisora Mar Stereo, quien realizaba un programa informativo caracterizado por fuertes críticas a la situación de inseguridad en el Puerto de Buenaventura y por lo cual había recibido amenazas dos meses antes. El 16 de julio fue asesinado en San Pablo, sur de Bolívar, el líder comunal y comunicador Eduardo Estrada Gutiérrez, quien era presidente de la Asociación para el Desarrollo de la Comunicación y la Cultura de San Pablo y promovía la puesta en marcha de una emisora comunitaria en una zona de conflicto abierto entre paramilitares y guerrilleros. El Parlamento Europeo pidió a los países de la Unión Europea ayudar a los medios de comunicación colombianos a garantizar la seguridad de sus periodistas. El parlamento les pidió presentar propuestas destinadas a establecer centros de ayuda a la prensa en Colombia y en Timor Oriental. En agosto, una bomba destruyó la parte posterior de las instalaciones de Radio Caracol en Medellín. La onda explosiva afectó inmuebles en cinco cuadras a la redonda. La bomba fue colocada por comandos guerrilleros del ELN, en medio de la ola terrorista que el grupo desató, luego de la suspensión del diálogo por el gobierno de Pastrana. El Espectador, con 115 años de existencia el periódico más antiguo de Colombia, anunció que dejaría de publicarse a diario para convertirse en semanario dominical, ante la imposibilidad de sus propietarios, Valores Bavaria, de hacer nuevas inversiones. En 1997, El Espectador había pasado a poder de los bancos y, en ese mismo año, fue adquirido por el grupo económico más grande del país, que estuvo capitalizándolo desde entonces. Ya en el 2000, el diario había restringido su circulación sólo a Bogotá. La desaparición de El Espectador como diario es un reflejo de la crisis económica por la que atraviesa el país, donde la pauta publicitaria ha caído 51 por ciento en el último año. Esto ha colocado en situación muy difícil a todos los medios de medios de comunicación. Varios periódicos regionales atraviesan por una etapa crítica y siete programadoras de los canales nacionales de televisión han tenido que suspender operaciones. En septiembre, uno de los presuntos autores materiales del asesinato del humorista y periodista Jaime Garzón, que en agosto de 1999 conmocionó al país, fue capturado por unidades de la fiscalía. El detenido ha sido identificado como Antonio Sierra y habría conducido la motocicleta que transportaba al autor de los disparos. Sierra negó su participación, pero la fiscalía lo mantiene detenido y vinculado a la investigación. Se inicia una polémica sobre la creciente concentración de la pauta publicitaria. Diversos medios de comunicación plantean que este fenómeno amenaza el equilibrio y pluralismo informativo en el país. Las cadenas RCN y Caracol, pertenecientes a los dos grupos económicos más grandes de Colombia, controlan el 82 por ciento de la publicidad en la televisión y el 52 por ciento de toda la publicidad. El debate gira en torno a si esto constituye una posición dominante que lesiona la libertad de prensa. Caracol y RCN niegan que hayan abusado de esta posición. La polémica apenas se inicia y promete ser uno de los temas candentes relacionados con la libertad de prensa en el próximo semestre.

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