Mensaje de Renata Holmann, Nicaragua

Aa
78 Asamblea General
27 a 30 de Octubre
Madrid, España
$.-
Discurso de Renata Holmann
ante la Asamblea SIP 2022

Buenos días a todas las personas presentes y a quienes siguen esta transmisión en línea.

Quiero agradecer al señor Jorge Canahuati, al señor Ricardo Trotti y a la Sociedad Interamericana de Prensa en general, por la oportunidad de participar en este panel y por el constante interés y denuncia pública que mantienen ante la aberrante situación de violaciones a los derechos humanos fundamentales que se vive en Nicaragua, y en especial el derecho a la libertad de prensa, de información y libertad de expresión.

Mi nombre es Renata Holmann, soy hija de Juan Lorenzo Holmann Chamorro, gerente general del Diario La Prensa y actual vicepresidente regional de la SIP para Nicaragua, quien el día de hoy cumple 440 días de prisión ilegal en las celdas de El Chipote, donde se encuentra en condiciones de aislamiento, incomunicado y en grave deterioro de su salud.

La última vez que hablé con mi papá fue el 12 de agosto del año pasado. Ese día, LA PRENSA anunció que se veía obligada a suspender su edición impresa porque se había quedado sin papel. Durante meses, el régimen Ortega Murillo había retenido más de 100 toneladas de papel en la aduana, lo que hacía imposible seguir imprimiendo el periódico. Mi papá estaba tenso, pero confiado que no habría nada que temer porque LA PRENSA de una manera u otra iba a lograr seguir haciendo su labor periodística, a la que ha estado comprometida por más de 96 años.

Sin embargo, al día siguiente, el 13 de agosto, agentes policiales allanaron y tomaron posesión de las oficinas de LA PRENSA. Después de interrogar a mi papá por más de 14 horas, en la madrugada mi mamá recibió la noticia de que lo trasladaban con engaños a las celdas de El Chipote, donde supuestamente solo iba a firmar unos documentos. El Chipote es una cárcel que tiene como referente ser un lugar donde las personas detenidas sufren torturas psicológicas y tratos crueles.

La mañana siguiente, en una nota de prensa de la policía nacional, el régimen anunció que la detención de mi papá se debía por el supuesto delito de lavado de dinero y, en marzo de este año, fue declarado culpable y sentenciado a 9 años de cárcel; más una multa millonaria, en un juicio arbitrario, que se dio a puertas cerradas y plagado de irregularidades.

Los derechos de mi papá han sido violados continuamente. Durante este tiempo le han mantenido aislado e incomunicado, con la excepción de las escasas visitas que le han permitido a mi familia. Desde finales de agosto, hace ya más de 60 días, no hemos sabido nada de él, ni de su estado de salud, el cual se ha visto afectado por las condiciones inhumanas de las celdas en que lo mantienen – espacios pequeños de dos por dos metros; celdas selladas con moho en las paredes ante la falta de ventilación y de luz; mala alimentación; y lo más alarmante una falta de atención médica oportuna y especializada. En estas condiciones tambien se encuentran la mayoria de los mas de 209 presos políticos que mantiene el régimen de Ortega Murillo en las celdas de El Chipote y demas carceles del sistema penitenciario, en donde se les aplican torturas catalogadas por expertos como "tortura blanca" mediante la cual se busca quebrantar el espíritu de las personas presas politicas.

No se les permite material de lectura, ni siquiera una Biblia. No pueden escribir ni recibir cartas y no se les ha concedido ni una llamada telefónica, haciéndose imposible comunicarse con sus familiares, en especial los que se encuentran fuera de Nicaragua, como es mi caso.

La salud de mi papá ya era delicada antes de su detención. Tres meses antes de su secuestro, había regresado al país después de una complicada operación de corazón, de la cual apenas se estaba recuperando. Además es hipertenso, padece de la próstata, ha sido operado en ambos ojos por desprendimiento de retina y se le descubrió un problema severo en la aorta que debería ser constantemente monitoreado. En El Chipote, ha desarrollado nuevos padecimientos debido a las condiciones carcelarias, como dificultades para caminar, lo que asumimos se debe a una hernia abdominal; una mancha negra en el ojo derecho, hongos en las manos y pies, y a veces dificultad para respirar.

Cuando los medios oficialistas circularon fotos y videos de mi padre a finales de agosto, apenas y lo pude reconocer. Lo vi frágil y convaleciente, delgado, dejando en evidencia el maltrato al que está sometido. Sin embargo, a pesar de todo este abuso, mi papá sigue firme, inquebrantable, con fe en Dios, fiel a sus valores y a su compromiso con la libertad de expresión y la democracia en Nicaragua.
Es muy difícil poner en palabras lo que ha sido vivir esta realidad a la distancia, como hija, ver el dolor de mi madre, de mi abuela y de mi hermana ante las arbitrariedades y crueldad del régimen en Nicaragua. A veces siento que es algo surrealista, no puedo creer que esta es mi vida. Los últimos meses han sido una mezcla de emociones: miedo, rabia, tristeza, impotencia, desesperación. Desde el momento en que mi papá fue detenido, temo por su vida y por su estado de salud. Sus padecimientos crónicos más los nuevos que ha desarrollado en la cárcel y la falta de atención médica, representan una bomba de tiempo y una amenaza a su integridad, a su vida. Por eso, vivo con la angustia de no poder volver a verlo, de que muera confinado en las celdas de El Chipote a pesar de su inocencia. También temo por la seguridad del resto de mi familia que sigue en Nicaragua, un temor que se ha agravado ahora que el régimen se está ensañando en contra de familiares de prisioneros y de opositores que se han ido al exilio. Temo no poder volver nunca a mi país Nicaragua, a mi casa. Todos los días, me duele el corazón, por mi papá y por los más de 209 presos políticos que están secuestrados. Comparto el dolor de sus familias, y el dolor de Nicaragua entera, porque los nicaragüenses nos encontramos también en una inmensa cárcel, sin tener derecho a opinar y expresarnos libremente.

Los familiares tambien vivimos en estado de tortura permanente al ver el deterioro de la salud de las personas presas politicas y ser testigos de lo que parece ser una condena a muerte en cámara lenta.

Sin embargo, junto al temor, también siento un gran orgullo por la valentía de mi papá, por su fe en el Señor, su honestidad, determinación y compromiso con los valores cívicos y democráticos. Su voluntad de mantenerse firme a pesar de los inimaginables abusos que ha tenido que vivir. Vivo aferrada a este orgullo; esto es lo que me hace seguir adelante cada día, lo que me inspira a alzar la voz y lo que mantiene viva mi esperanza de que prevalecerá la justicia y la verdad.

El caso de mi padre no es único, es un eslabón más en el juego que el régimen Ortega - Murillo ha impuesto a Nicaragua para sepultar las libertades públicas, situación que se agravó después de la crisis sociopolítica de abril 2018, de la cual Ortega culpa a los periodistas independiente de participar en un fallido golpe de Estado.

Al igual que con mi papá, la Fiscalía General de la República, bajo las órdenes de los Ortega-Murillo, acusó del mismo delito de lavado de dinero a la extinta Fundación Violeta Barrios de Chamorro, en marzo de 2021. La Fundación se vio forzada a cerrar operaciones semanas antes, a raíz de la Promulgación de la ley de Agentes extranjeros, después de dedicarse por más de 20 años a promover la democracia, las libertades públicas y la excelencia del periodismo nacional. Mis tíos, Cristiana y Pedro Joaquin Chamorro Barrios, directores de la Fundación y también de LA PRENSA, permanecen bajo arresto domiciliario desde hace más de 500 y 480 días, respectivamente, y fueron sentenciados a 8 años de prisión. Su hermano CFCh, también periodista y Director de dos prestigiosos medios informativos, Esta Semana y Confidencial, fue perseguido y forzado al exilio el año pasado.

También se encuentran detenidos ilegalmente en El Chipote Walter Gomez, gerente administrativo, Marcos Fletes, contador, y Pedro Vazquez, conductor personal de Cristiana Chamorro, todos condenados de 7 a 13 años de prisión por el delito de lavado de dinero. El resto de personal de la Fundación Violeta se vio forzado al exilio para resguardar su integridad física. Igualmente, la doctora Orieta Benavides, la abogada defensora de la Fundación, quien también era abogada de mi papá, se exilió junto a su familia, después de que la suspendieran como abogada y la amenazaron con cárcel por haber defendido con excelencia a los acusados.

En Nicaragua, no existe la libertad de prensa. Los periodistas y cualquier persona que quiera ejercer su derecho a informar, tienen dos opciones: exilio o cárcel. Esto ha generado una ola de éxodo que hoy día llega a 160 periodistas independientes en el exilio y otros tres periodistas independientes presos injustamente.

Miguel Mora, ex director del canal 100% Noticias, encarcelado por segunda ocasión desde hace 494 días. Miguel Mendoza, cronista deportivo, encarcelado desde hace 493 días y condenado por emitir opiniones políticas a través de su cuenta de Twitter. Ambos han sido privados de su derecho a recibir visitas regulares de sus hijos menores de edad o con discapacidad. Miguel Mendoza se encuentra actualmente en huelga de hambre, reclamando este derecho, y semanas atrás Miguel Mora hizo lo mismo logrando le permitieran por fin ver a su hijo Miguelito por primera vez.

Actualmente, tanto LA PRENSA como los medios independientes Confidencial, 100% Noticias, y Trinchera de la Noticia están confiscados de facto y han sido convertidos en centros de ministerios públicos. Hasta la fecha, el gobierno ha ordenado a través de TELCOR la cancelación de licencias de operación de al menos 51 medios radiales y televisivos, incluyendo medios de la Iglesia Católica, la mayor parte de ellos medios comunitarios, ubicados en el interior del país.

Tanto mi papá, como gerente de La Prensa, La Prensa como institución, la Fundación Violeta Barrios, y sus directivos, los periodistas que cumplen prisión y los que han sido forzados al exilio son víctimas de un cruel estado policial basado en el terror y la supresión de todas las libertades públicas, lo cual logran mediante el control, leyes sastre y la vigilancia de la ciudadanía a través de instituciones de seguridad estatal y paraestatal avaladas por todos los poderes del estado.

LA PRENSA, está operando y, no ha dejado de hacerlo un solo dia en su versión digital a pesar del acoso y terrorismo fiscal que impone la dictadura en aquellos que buscan anunciarse en el periódico o que nos apoyan, situación que nos ha forzado a buscar diferentes métodos para subsistir.

LA PRENSA ha demostrado que con o sin papel impreso y en Nicaragua o desde el exilio mantiene vivo su compromiso de informar a los nicaragüenses, conscientes de que "sin libertad de prensa, no hay libertad", y que esta es una premisa clave para restituir la democracia en nuestro país.

Necesitamos apoyo urgente para asegurar recursos que garanticen que medios independientes como LA PRENSA puedan seguir derrotando la censura desde el exilio y así continúen ejerciendo su labor de investigación y denuncia contra la corrupción y las maniobras antidemocráticas de los Ortega-Murillo.

En representación de mi padre, mi familia, LA PRENSA y los nicaragüenses, me atrevo a hacer un llamado a la prensa libre e independiente del continente americano a que no se olviden de Nicaragua, de cada uno de los presos políticos, de sus familias, que el sufrimiento y lucha que hemos venido sobrellevando por más de un año no sea una noticia de ayer.

Yo les pido una vez más de todo corazón, a mantener presente la causa humanitaria de los presos y presas políticas y a presionar por su libertad inmediata. ¡Todos son inocentes!

Les pido que nos ayuden a que se oiga nuestra voz más allá de las fronteras: que cada uno de ustedes acá presentes sean eco de nuestras justas demandas por la libertad y la justicia, que sean nuestra voz en América y el mundo entero!

No dejaremos de alzar la voz en cada espacio que nos sea permitido. ¡Acompáñennos siempre en esta lucha que es nuestra, pero que también es por la democracia, la libertad de prensa, la libertad de información: valores fundamentales para la democracia en Nicaragua y en toda América.

Compartí

0