La violencia, la inestabilidad política y la inseguridad generalizada continúan impactando todos los aspectos de la vida en el país. La caótica infraestructura, las deficientes redes de comunicación, el transporte y los servicios sanitarios siguen generando condiciones de trabajo difíciles para los periodistas.
En estos meses no se registraron casos de asesinatos de reporteros, pero varios comunicadores y medios sufrieron amenazas y ataques.
Los y las periodistas trabajan con mínimas medidas de seguridad. Para protegerse de las bandas criminales, primero deben evaluar la seguridad del lugar. El miedo y el estrés prevalecen, y la salud mental de los periodistas es una preocupación creciente.
A pesar de los desafíos y los peligros, la prensa sigue cumpliendo con su deber de informar.
En mayo de este año, la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión (RELE) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) reiteró su "preocupación por la grave situación de las y los periodistas en Haití, país que enfrenta los mayores desafíos para la libertad de prensa en el hemisferio". Exhortó al Consejo Presidencial de Transición, instalado el 25 de abril, y a los estados miembros de la OEA, en el marco de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad en Haití de la ONU, a restablecer el orden democrático y frenar la violencia que azota al país. También pidió adoptar "mecanismos de asistencia" para que los periodistas puedan realizar su labor de manera segura y libre.
En abril, Le Nouvelliste, fundado hace 126 años, suspendió la impresión del periódico, tras ataques perpetrados contra sus instalaciones en el centro de Puerto Príncipe. Hasta esta fecha era el único periódico impreso en circulación. Le Nouvelliste ya había reducido su tirada impresa antes del ataque, porque muchos suscriptores abandonaron sus hogares debido a la crisis. El diario se publica de forma digital. Su director general, Max Chauvet, advirtió que si no logran rentabilizar las suscripciones cerrarán por completo.
Los grupos criminales, que representan una amenaza constante para la prensa, operan con total impunidad ante un sistema de justicia disfuncional. El 25 de marzo Nerval Pierre Viliat, periodista deportivo, falleció a causa de las heridas sufridas después de ser alcanzado por una bala perdida durante un tiroteo entre la policía y miembros de pandillas en el barrio capitalino de Delmas 19.
En 2023 fueron asesinados tres periodistas: Paul Jean Marie, Ricot Jean y Dumesky Kersaint; en 2022, el año más feroz contra la prensa, fueron ultimados nueve: Francklin Tamar, Fritz Dorilas, Romelo Vilsaint, Wilguens Louissaint, Garry Tess, Frantzsen Charles, Tayson Lartigue, Maxihen Lazarre y Amady John Wesley.