81ª Asamblea General de la SIP
81ª Asamblea General de la SIP
Punta Cana, República Dominicana
19 de octubre de 2025
Queridos colegas, amigas y amigos de la gran familia de la SIP, buenas tardes.
Al dirigirme a ustedes hoy, en este momento de cierre de mi gestión como presidente de la SIP, me invade un sentimiento profundo de gratitud y orgullo. Gratitud por el honor de haberlos representado durante este año de trabajo, y orgullo por todo lo que, juntos, hemos logrado en defensa de la libertad de prensa y del derecho de nuestros pueblos a estar informados.
El 20 de octubre de 2024 asumí la presidencia de la SIP en Córdoba, Argentina, y afirmé entonces: “El desafío por defender y promover las libertades de prensa y de expresión continúa siendo el deber y misión de nuestra organización”. Ahora le agregaría que en estos tiempos turbios y de incontables desafíos, esa misión es mucho más urgente. Ahora también me toca pasar el relevo a un colega que sé que continuará esa gran tarea.
Ser presidente de la SIP ha sido una de las mayores responsabilidades y, al mismo tiempo, uno de los mayores privilegios de mi vida profesional.
Durante este año enfrentamos enormes retos. La violencia contra periodistas continúa cobrando vidas; la estigmatización, la censura, tanto directa como digital, sigue expandiéndose en varias naciones; y la desinformación que distorsiona el debate público y debilita la confianza en los medios. Sin embargo, también hemos sido testigos de la fuerza de nuestra solidaridad y de la capacidad de nuestra organización para reaccionar con firmeza y unidad.
Con orgullo puedo decir que la SIP no se ha quedado en silencio. Hemos denunciado con claridad cada atropello, hemos acompañado a colegas perseguidos, hemos alzado la voz ante gobiernos y organismos internacionales, y hemos defendido, sin titubeos, los principios que nos definen. En cada comunicado, en cada misión, en cada pronunciamiento, reafirmamos algo esencial: la libertad de prensa no es un privilegio de los periodistas; es un derecho de todos los ciudadanos.
A lo largo de este año hemos reforzado alianzas y ampliado los espacios de formación para periodistas en entornos digitales y seguros. Pero más allá de los proyectos, lo que realmente hemos fortalecido es el espíritu interamericano de cooperación y defensa mutua que nos distingue.
Nada de esto habría sido posible sin el compromiso y dedicación de cada uno de ustedes. Por eso tengo que agradecer el gran trabajo de mis colegas Gabriela Vivanco, presidenta del Comité Ejecutivo, en la continua toma de decisiones sobre asuntos relevantes de la organización, y a Carlos Jornet anteriormente y desde abril a Martha Ramos, presidentes de la Comisión de Libertad de Prensa e Información, en darle forma a la cara pública de la organización.
Agradezco también a todos los presidentes de los comités y subcomités por su tiempo y dedicación: Nuria Piera, Andrea Miranda, Juan Lorenzo Holmann, Miguel Henrique Otero, Jorge Canahuati, Luciano Pascoe, Pablo Deluca, María Lorente, Gustavo Mohme, Martín Etchevers, Michael Greenspon, Sebastián Pastor, Roberto Rock, Graciela Rock, Ernesto Kraiselburd, Gilberto Urdaneta, Laura Puertas, Daniel Dessein, Juan Francisco Ealy Lanz-Duret, Armando Castilla, Matthew Sanders Andrés Mompotes. Y, en especial, al director ejecutivo Carlos Lauría por estar al frente de cada uno de los detalles de nuestras múltiples actividades, en la búsqueda necesaria de recursos financieros y de alianzas estratégicas con distintos actores para seguir adelante con los proyectos de la organización.
También deseo expresar un reconocimiento especial a Juan Pablo Illanes, quien, después de muchos años de compromiso y entrega a la SIP, ha decidido concluir su labor como Tesorero. En nombre de la organización, quiero agradecerle profundamente por su contribución ejemplar. Su trabajo, siempre guiado por la integridad, la serenidad y un auténtico espíritu de servicio, deja una huella valiosa en nuestra institución. Su dedicación ha fortalecido de manera significativa a la SIP, y confiamos en seguir contando con su cercanía y amistad en esta nueva etapa.
Muchas gracias al Comité Anfitrión por la organización impecable de esta asamblea en un lugar paradisíaco de la República Dominicana. Gracias a Persio Maldonado, Miguel Franjul, Aníbal De Castro, Nuria Piera, Manuel Ramón Tapia y Alba Nely Familia.
Quiero mencionar también al equipo de trabajo de la SIP que, bajo el liderazgo de Carlos Lauría, y desde distintos lugares trabaja en forma coordinada para respaldar el esfuerzo de la organización. Se trata de: Paola Dirube, Martha Estrada, Horacio Ruiz, Mariana Belloso, Julieta Long, Ana María Pérez y Melba Jiménez.
A cada uno, mi más sincero agradecimiento.
En este tiempo he aprendido que la defensa de la libertad de prensa es, ante todo, una tarea de resistencia moral. Hemos visto cómo periodistas y medios de comunicación en las circunstancias más adversas —amenaza, exilio, censura— siguen ejerciendo su labor con dignidad y valentía. Ellos son nuestra inspiración y la razón de ser de la SIP.
La historia de nuestra institución está marcada por nombres, hechos y sacrificios que nos recuerdan que la libertad nunca se hereda: se conquista y se defiende, todos los días. Hoy, más que nunca, necesitamos reafirmar nuestro compromiso con los principios que nos han guiado por más de ocho décadas.
Mientras me despido de la presidencia, quiero dejar claro que seguiré siendo parte activa de esta familia que no se rinde. Porque la lucha por la libertad de prensa no tiene término; tiene relevos. Y hoy me alegra entregar esta antorcha a manos firmes, seguras y comprometidas, en la persona de Pierre Manigault, a quien deseo el mayor de los éxitos en esta nueva etapa.
A ti, Pierre, te expreso mi apoyo y mi confianza. Sé que, bajo tu nuevo liderazgo, la SIP seguirá siendo un referente de la libertad de prensa en el hemisferio.
Amigas y amigos, vivimos un tiempo en el que la información es poder, pero también responsabilidad. En nuestras manos está defender el derecho de los ciudadanos a recibir información veraz, diversa y libre de presiones. Esa es la misión que nos une y que nos da sentido.
Recordemos que una sociedad sin prensa libre es una sociedad sin memoria, sin vigilancia y sin futuro. Por eso, mientras exista una sola voz dispuesta a decir la verdad, la esperanza seguirá viva.
Permítanme también expresar, de forma especial, mi gratitud a mi familia por su apoyo incondicional y comprensión, y por compartir conmigo este año de intenso trabajo y compromiso.
Muchas gracias por su confianza. Sigamos defendiendo, juntos, lo más valioso que tenemos: la libertad de expresión.
Mil gracias, República Dominicana y un abrazo para todos.