Discurso a la SIP como presidente entrante Earl Maucker

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Señoras y señores, familiares, amigos e invitados distinguidos: buenas tardes. He tenido el placer de actuar como uno de los anfitriones de esta convención y estoy feliz de que se haya celebrado tan cerca de casa para que muchos de los empleados del Sun-Sentinel puedan participar. En cierta forma, con la asamblea general aquí, completamos el ciclo -literalmente- de por qué estoy ante ustedes hoy, ansioso de asumir un papel de liderazgo como presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa. Hoy comenzamos un viaje juntos para servir a la causa de la libre expresión. Como sabemos, hay muchos retos por delante. En este nuevo mundo de opciones, muchos de nuestros lectores, oyentes y televidentes están abandonándonos por fuentes de información que no comparten nuestra pasión por servir al bienestar público. Sabemos también, por lo que hemos oído esta semana, que hay gobiernos dentro de nuestro hemisferio que parecen decididos a socavar los principios de la democracia. Es nuestra responsabilidad -nuestro papel- y nuestro propósito enfocarnos en estos temas para que el público al que servimos pueda estar informado completamente sobre las amenazas que enfrentamos. Es medio irónico que reunirnos aquí en Miami cuando yo asumo la presidencia, porque es en esta ciudad, esta puerta a América Latina, donde comenzamos a entender verdaderamente el propósito de nuestra organización, su enorme valor y la línea vital que representa para las frágiles democracias que dependen tanto de nuestra influencia y liderazgo. Mientras preparaba este discurso, quería encontrar las palabras precisas para capturar su verdadero espíritu. Reflexionando sobre el pasado, recordé cómo Oscar Arias, el presidente de Costa Rica, describió lo que significaba la SIP para América Latina cuando habló a nuestro grupo durante una conferencia judicial celebrada en noviembre pasado en América Central. Permítanme tomarle prestadas sus palabras: “La Sociedad Interamericana de Prensa ha sido durante más de 60 años una torre de observación donde los hombres y las mujeres libres de América Latina resguardan el lento progreso de las libertades civiles y políticas en nuestra región. Esta institución, sin duda, ha sido uno de los principales factores de por qué América Latina, con todos sus problemas, habla hoy un idioma diferente. Nuestra región habla crecientemente un idioma de libertad, en vez de represión, de esperanza en vez de miedo, de la dignidad de todos los ciudadanos sobre el poder absoluto de sus gobernantes, un lenguaje de iluminación en lugar de oscuridad''. Aunque sus palabras resonaban con esperanza, estamos presenciando un deterioro que tiene que ser enfrentado. Nunca me habría imaginado que cuando Bob Fabricio, el editor de la sección internacional del Sun-Sentinel en ese momento, me exhortó a que me involucrara con la SIP, que eso me traería a este podio ante todos ustedes como vuestro nuevo presidente. Tengo con Bob una deuda de gratitud por insistir en que me integrara. Tengo la fuerte convicción de que mi participación en la SIP alterará dramáticamente mi opinión sobre las Américas y que me convertirá en un mejor editor del diverso mercado del sur de la Florida. A instancias de él, viajé a Venezuela en una misión para reunirme con funcionarios del gobierno en relación con nuestras preocupaciones sobre la obligación de que los periodistas sean obligados a sindicalizarse. En ese viaje conocí a Jorge Fascetto, quien me tomó bajo su alero y me exhortó a que me involucrara a fondo en la organización. Eso fue en 1994; yo era el editor ejecutivo del Sun-Sentinel en ese momento. Les prometí que si mi nombraban editor del Sun-Sentinel iba a participar activamente en la organización. Me nombraron editor y he hecho todo lo posible por mantenerme fiel a mi promesa. No podría haber pedido mejor persona que Jorge Facetto. Feliz de que lo reconocieran con el Premio Presidencial. El ha sido un amigo y un confidente de verdad en los últimos 13 años. Aun esta semana me dijo lo que tenía que hacer. Sería injusto que no mencionara a varios más que tuvieron un interés especial en mí y me alentaron a que continuara activo en la SIP. Un agradecimiento especial para Julio Muñoz y Ricardo Trotti, y a todo el personal de la SIP. Es una ventaja encontrarme cerca de la sede. También un agradecimiento a la familia Aguirre, especialmente a mis buenos amigos Alejandro y María. También a Scott Schurz, Raúl Kraiselburd, Diana Daniels, Oliver Clarke, Juan Luis Correa, Jack Fuller, a toda la familia García, a Andy y Angélica, y un saludo especial para mi buen amigo y compañero de pesca Andrés García Lavín, al que recordaremos eternamente en nuestros corazones. Hay tantos que nos han brindado su apoyo, que me demoraría todo el día en agradecerles a todos. Permítanme también tomar un minuto para agradecer a la Tribune Company, a la Fundación McCormick-Tribune y expresar un agradecimiento especial a mi ex director, Bob Gremillion, y al director actual, Howard Greenberg, por darme el tiempo y los recursos para hacer este compromiso por el año próximo. Quiero tomar un minuto para reconocer a todos mis colegas, editores clave del Sun-Sentinel que se me unen hoy para compartir el momento. Sin ellos, nada de esto pudo haber sucedido. Un agradecimiento especial para mi esposa, Betsy. Sin su constante apoyo y comprensión, no estoy seguro dónde estaría. Mi hermana Sally y mi cuñado Mike también están en la sala y les doy las gracias por estar aquí. Durante los últimos 12 años, he viajado y aprendido de mucha gente a lo largo y ancho de América Latina y el Caribe. El propósito inicial fue entender mejor a la región y, por lo tanto, entender mejor al sur de la Florida, la que está tan enormemente influenciada por nuestros amigos y vecinos del sur. Lo que sucedió realmente fue mucho más profundo. Mi contacto con estos países y con sus dinámicos y valientes periodistas profundizó mi decisión de hacer una diferencia: estar donde pueda, cuando pueda para ayudar a los que necesiten de los recursos de nuestro servicio. También nos permitió comprender mejor los frágiles equilibrios que tenemos en Estados Unidos y Canadá, que no son inmunes a las presiones del gobierno que, si no se vigilan, limitarán nuestras responsabilidades como periodistas para servir al interés público. Es un honor para mí que ustedes me hayan dado la oportunidad de servir a esta organización y tienen mi promesa de que haré todo lo humanamente posible por llevar distinción y valor a nuestra búsqueda de la libre expresión en todas las Américas. Hay varios puntos importantes que me gustaría mencionar mientras miro lo que me gustaría alcanzar en el futuro como presidente de la SIP. Si me tuviera que enfocar en un área, el tópico principal de mi atención será mantenerme firme a lo básico, la razón de nuestra existencia: Libertad de Prensa. Estoy comprometido a hacer de eso la característica de mi presidencia, como lo han hecho muchos antes que yo. Todos sabemos que una prensa libre es la piedra fundamental de la justicia y la democracia, y que vivimos por la creencia de que la sociedad no puede seguir los principios democráticos a menos que sus ciudadanos tengan la libertad de expresarse, sin censura o miedo a la represalia. Los que estamos en este auditorio tenemos el propósito común de buscar la verdad y es a través de una prensa libre y una sociedad abierta que debemos hacerlo. Nunca nos alejaremos de ese ideal. Y estamos bajo enormes desafíos. Cada día parece haber más. Como ustedes saben, y Rafael y esta organización lo han discutido ampliamente, los medios en Venezuela están bajo ataque por parte de su gobierno. Nunca en nuestra historia hemos sido obligados a buscar una nueva sede para nuestra reunión, pero después de que hoteles en varias ciudades nos han negado alojamiento -por la presión del gobierno- ahora tenemos que buscar alternativas. Hicimos una importante declaración esta semana de que no echaremos pie atrás. Y en los los últimos meses, nueve periodistas han sido asesinados, uno aquí mismo en Estados Unidos. Otros dos periodistas han desaparecido. No podemos permitir que eso suceda sin que lo enfrentemos. La SIP ha sido la fuerza crítica en la salvación de vidas de periodistas, directores y miembros de sus familias. Varios miembros veteranos de la SIP en el último año me han exhortado a que haga de la Libertad de Prensa una prioridad durante mi gestión. No tienen que preocuparse. Aunque no hubiese aprendido nada más en la última docena de años, sí he llegado a apreciar realmente el valor de esta organización y, en ese espíritu, la libertad de prensa recibirá todas mis energías, toda mi atención y todos mis esfuerzos. Habrá claridad de propósito. Pero aunque podamos mirar a la SIP hoy día y ver que es económicamente fuerte, que está organizadamente bien y llena de dedicados, valientes y apasionados miembros, hay algunas aguas turbulentas por delante. Es por ese motivo que hay un par de temas adicionales que tocaré durante el año venidero. Necesitamos controlar nuestra ebullente burocracia. Si le permitimos que crezca descontroladamente, podría socavar nuestro propósito primario. Por eso pienso reducir el comité ejecutivo y hacerlo más eficaz. La buena noticia es que nuestra organización ha crecido en los últimos años. El crecimiento es algo maravilloso y todos estamos orgullosos de las avances que hemos hecho, pero con el crecimiento se puede desarrollar la burocracia y hundir las cosas que hemos logrado. Con ese fin, he reducido cinco comisiones, las que creo han agregado peso innecesario. Sé que ya han volado algunas plumas. Permítanme enfatizar que estas comisiones no han sido eliminadas y que todavía contamos con el liderazgo de aquellos que las dirigen, pero los hemos reubicado donde creemos que pueden ser más eficaces. Yo no reduzco las comisiones con ligereza porque sé que todo el que es miembro de una comisión disfruta del papel y tiene toda la intención de trabajar vigorosamente por la organización. Pero debemos empezar en alguna parte. Con ese objetivo, he trasladado la Comisión de Periodismo de Investigación y la Comisión de Diario en Educación al Instituto de Prensa. He combinado las tareas de la Comisión de Finanzas y la Comisión de Auditoría creyendo que ahora tenemos en funcionamiento un procedimiento de auditoría apropiado con su personal y no requiere de servicios duplicados y dos comisiones separadas dentro del Comité Ejecutivo. He eliminado la Comisión de Planificación Estratégica. El plan ha sido formado, está siendo implementado actualmente, por lo que me parece que no necesitamos una comisión para que funcione. He combinado la Comisión de Nuevos Socios en una unidad en lugar de cuatro, lo que creo que servirá mejor a la institución y prometo asumir un papel personal y de alto perfil en la comisión para aumentar sus miembros. Como es nuestra tradición, anunciaré los nombres de nuestros Presidentes de Comisiones: Libertad de Prensa será dirigido nuevamente por Gonzalo Marroquín, de Guatemala. Gonzalo ha hecho un excelente trabajo y estamos felices de que siga a cargo de nuestras actividades en pro de la Libertad de Prensa. Afiliados. Como mencioné anteriormente, la Comisión de Nuevos Socios también es una prioridad, será presidida por Bruce Brugmann, del San Francisco Bay Guardian, con liderazgo adicional de Juan Luis Correa, de Panamá, para América Latina y el Caribe, André Jungblut, de Brasil, y Liza Gross, del Miami Herald. Legal: Armando González, San José, Costa Rica Premios: Gustavo Mohme, Lima Perú Sedes Futuras: José Santiago Healy, Chula Vista, California Fundaciones: Edward Seaton, Manhattan, Kansas Programa: Enrique Santos, Bogotá, Colombia Asuntos Internacionales: Jorge Canahuati, San Pedro Sula, Honduras Internet: Fabricio Altamirano, San Salvador, El Salvador Finanzas y Auditoría: Felipe Edwards, Santiago, Chile, y Luis Ferré, San Juan, Puerto Rico Nominaciones: Rafael Molina, Santo Domingo, República Dominicana Chapultepec: Bartolomé Mitre, Buenos Aires, Argentina Impunidad: Juan Francisco Ealy Ortiz, México. Todos los que han aceptado servir tienen mis más cálidos agradecimientos. Hay varias cosas que queremos lograr durante el próximo año. Hoy día, quiero anunciar tres iniciativas que ya están en marcha. Le he pedido a la presidenta entrante de la Sociedad Norteamericana de Editores de Periódicos, Charlotte Hall, que se nos una a mí y a la SIP en una misión conjunta el próximo año. Exactamente lo que haremos no está decidido todavía, pero los dos prometemos trabajar juntos por una causa común. El trabajar con la Sociedad Norteamericana de Editores de Periódicos logrará dos objetivos. Es una demostración de unidad de decididos periodistas con un pensamiento similar para trabajar hacia el noble objetivo de una prensa libre y una prensa abierta a través de nuestro hemisferio, y también nos da una oportunidad de exponer el propósito y la determinación de la SIP a los editores estadounidenses que quizás no estén familiarizados o concientes de nuestros esfuerzos. Lo que me lleva a una segunda iniciativa -una importante campaña de atraer más socios- especialmente en Estados Unidos, Brasil y Canadá, donde tenemos un significativo deterioro de afiliados. Con la ayuda de Bruce Brugmann y de miembros de la Comisión de Nuevos Socios, enviaremos una delegación de dirigentes clave de la SIP en una campaña para conseguir nuevos miembros. Espero que podamos ampliar esto a Canadá y Brasil, dos países donde enfrentamos problemas similares. Llevaremos la historia de la SIP a importantes organizaciones y agencias periodísticas, así como a compañías de medios, en un esfuerzo por despertar interés y enriquecer nuestras filas con nuevos miembros deseosos de ayudar en nuestra causa. Una tercera iniciativa de la que quiero hablar hoy es la posibilidad de una visita a Cuba. He hablado con funcionarios del gobierno cubano en varias ocasiones y tengo otro encuentro programado para enero. Ellos han dejado en claro que tienen poco o ningún interés en una visita de la SIP, pero no estamos dispuestos a rendirnos todavía. Decir que mis peticiones han sido recibidas con poco o ningún entusiasmo sería una declaración exageradamente modesta. Pero lo que tengo es acceso, por lo que pretendo continuar intentándolo. Muchos de ustedes pueden o no pueden saber que mi periódico, el Sun-Sentinel, junto con el Chicago Tribune, son los únicos diarios norteamericanos con oficinas en Cuba. Tener una oficina allí me ha dado la oportunidad de visitar la isla en numerosas ocasiones y de reunirme con funcionarios de allí para desarrollar un diálogo. Pero no se equivoquen: no hay avances, y tampoco esperamos que los haya. Pero no podemos desistir. Debemos seguir activos. Tenemos una obligación de esforzarnos y buscar un entendimiento común sabiendo que Cuba sufrirá grandes cambios en el futuro cercano. Cuando suceda eso -y eventualemente ocurrirá- es mejor haber iniciado una discusión sobre temas de interés común, de interés mutuo y buscar un terreno común. Es nuestra responsabilidad atender a las amenazas comunes contra la democracia, incluso cuándo y dónde no parezca posible. Concluiré mi discurso nuevamente citando a Oscar Arias, quien dijo: "Es necesario que ustedes entiendan que la democracia requiere más de ustedes: requiere que ustedes también sean pluralistas, independientes, no sólo en relación con el poder político, sino concientes de la inmensa responsabilidad de construir sociedades libres. Esta es la única forma en la que la libertad de prensa puede lograr su verdadero significado, cuando sus participantes se comprometen a causas que son más grandes que la libertad de prensa. Sólo cuando ponemos el poder prodigioso de la palabra escrita, la voz y la imagen, al servicio de una humanidad reconciliada''. Así que, una vez más, permítanme agradecerles por darme esta oportunidad de servir a la organización. Este año que viene debería ser un viaje interesante y emocionante. Busco vuestra guía, vuestro apoyo y vuestra participación a lo largo del camino. Gracias.

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