Discurso - Andrés García Gamboa

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Asamblea General
Lima, Perú
26 – 29 octubre de 2002

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Discurso del nuevo presidente de la SIP, Andrés García Gamboa, Novedades de Quintana Roo, Cancún, México ante la 58ª Asamblea General de la SIP Lima, Perú 29 de octubre de 2002 QUERIDOS COMPAÑEROS SEÑORAS Y SEÑORES AMIGOS TODOS, Llegar a la presidencia de nuestra Sociedad Interamericana de Prensa es una de las distinciones más grandes que he recibido en mi vida. Me honra en muy alto grado y también me compromete a realizar una tarea que, sólo podré cumplir satisfactoriamente, si cuento con el apoyo de todos ustedes. Hace más de 30 años, en 1970, asistí por primera vez a una reunión de los miembros de la SIP; fue en una recepción que ofreció en su residencia de México Don Rómulo O’Farrill Jr. a los asistentes de la 26ª Asamblea y ahí tuve oportunidad de conocer a algunas distinguidas figuras del periodismo continental. La primera asamblea a la que asistí fue en 1974, en Caracas, Venezuela, donde tuve la oportunidad de lograr un mayor acercamiento a ésta benemérita Sociedad, conocer mejor a muchas personalidades y apreciar sus relevantes méritos; Venezuela, país entrañable donde acabo de estar para participar en los trabajos de la Sociedad en defensa de los colegas que sufren una injusta persecución y hostigamiento de parte de un gobernante autoritario. Mi padre hizo cargo de la presidencia 20 años después que un ilustre mexicano, Don Rómulo O’Farrill y un servidor la asume también 20 años después que mi padre, Don Andrés García Lavín, y como coincidencia, en esta bella ciudad de Lima donde mi padre terminó su gestión y la empezó el ilustre Don Horacio Aguirre. Desde entonces, he tenido el privilegio y la oportunidad de aportar mis esfuerzos a la defensa de las libertades de expresión y de prensa que, de manera tan esforzada, realiza la SIP y, al mismo tiempo, disfrutaré y sigo disfrutando de la compañía y del luminoso ejemplo de muchos compañeros y amigos consocios quienes, con honestidad y rectitud, antes de mí abonaron la tierra y fermentaron la semilla de la libertad de expresión, algunos de los cuales ya no están físicamente entre nosotros, pero su espíritu y su memoria nos acompañan ahora y nos guiarán siempre, como Germán Ornes, Raymond Dix, Lee Hills, Julio Mesquita, John Watkins y otros. Estoy consciente que hoy, cuando asumo la máxima responsabilidad de nuestra querida Sociedad, la prensa y otros medios de comunicación de varios países del continente viven horas críticas y plagadas de dificultades. Citaba el caso venezolano, pero tendremos que sumar a, cuando menos, otras cinco naciones hermanas, en donde los periodistas sufren violencia, amenazas, cárcel y muerte. Permítanme referirme concretamente a nuestros colegas en Cuba, que se enfrentan, como lo han hecho por varias décadas, al gobierno tiránico de Fidel Castro. Quiero decirles que la SIP no les abandonará nunca y ratificamos su compromiso de apoyarlos y defenderlos hasta el triunfo final de su causa, que es también la nuestra. Nuestra querida SIP, a lo largo de estos años, en que he tenido la oportunidad de pertenecer a ella y luchar por sus ideales, se ha desarrollado prodigiosamente y no es exagerado decir que es el ente regional de mayor importancia en el globo. Para lograr este desenvolvimiento, hemos contado con las ayudas y aportaciones de muchas personas y corporaciones públicas y privadas, entre ellas destaco las fundaciones Robert R. McCormick Tribune, John S.y James L. Knight, el Instituto del Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, la fundación MacArthur, la ONU, y la UNESCO, a las que reitero nuestro agradecido reconocimiento. Esperamos que, en el futuro inmediato, estas personas y entidades nos continúen prestando su valiosa solidaridad y apoyo. Los proyectos de la SIP, como los de capacitación de periodistas, la nueva etapa del Proyecto Chapultepec, la lucha contra la impunidad a través del proyecto de crímenes y ataques contra periodistas, la unidad de respuesta rápida en los casos de agresiones a colegas, las actividades formativas del Instituto de Prensa, los programas de becas, de premios y de acreditación, están en creciente desarrollo. Continuamos nuestra relación con el Banco Mundial en un programa con legisladores de nuestros países para ayudar a crear un mejor clima de libertad de expresión, necesario para la democracia de nuestros países. Nuestra decisión es seguir impulsando todos estos programas con la participación de un número cada día creciente de los socios, porque una de nuestras actividades más señalada será, precisamente, hacer cada día más participativa a nuestra Sociedad, porque estamos seguros de que la Sociedad Interamericana de Prensa, será cada día más fuerte y exitosa, en la misma medida en que demos oportunidad a un mayor número de miembros, especialmente a los de más reciente ingreso, de contribuir con sus esfuerzos y sus tareas a los ideales comunes que nos legaron los padres fundadores. Con ese mismo propósito, apoyaremos todos los esfuerzos que se hagan para captar el mayor número de nuevos socios en los países americanos y, muy especialmente, en los Estados Unidos de Norteamérica y Canadá, de cuyo concurso necesitamos fuertemente. Es mi propósito, también, de acuerdo con el espíritu de solidaridad que ha animado siempre a nuestra Sociedad, intensificar y fortalecer los lazos amistosos y de cooperación eficaz con los organismos de defensa de la libertad de prensa y de información en todo el mundo, lo cual, seguramente, ampliará la eficacia de nuestras actividades para alcanzar esos ideales democráticos. Pido encarecidamente el consejo, la crítica constructiva y la ayuda de todos y cada uno de ustedes para realizar mi tarea al frente de la SIP. Esta misma petición la extiendo a mis queridos padres y hermanos y a mi adorada esposa e hijos, hoy que prometo ante ustedes continuar librando las batallas en defensa de las libertades fundamentales en nuestra patria americana, como desde 1942 decidieron hacerlo en un histórico congreso en México los más preclaros periodistas del continente. Muchas gracias.

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