Por Javier Valdivia (*)
Miami (12 de febrero de 2024) — Un periodista perdió un ojo debido al impacto de una bomba lacrimógena y cuatro más resultaron heridos de bala o fueron víctimas de vejámenes durante violentas protestas contra el gobierno registradas la semana pasada en Haití.
El pasado jueves 8, Jean Marc Jean, reportero del informativo en línea JJM Infos, fue alcanzado en el rostro por un proyectil con gas lacrimógeno lanzado por un agente de la policía, mientras cubría una manifestación en la comuna de Delmas, al este de Puerto Príncipe, la capital haitiana.
El incidente comprometió de gravedad el ojo izquierdo de Jean, quien fue llevado a un hospital donde los médicos no pudieron revertir el daño según reportó el sábado el periódico Le Nouvelliste. Al día siguiente, decenas de periodistas boicotearon una conferencia de prensa de la Policía para exigir justicia para su colega.
El portavoz de la Policía, Gary Desrosiers, visitó a Jean y se comprometió a investigar el caso y el propio Sindicato de Policías Haitianos condenó el hecho. No obstante, la Asociación de Periodistas Haitianos (AJH en francés), la Asociación Haitiana de Medios en Línea y otras organizaciones denunciaron la "brutalidad" ejercida por los agentes contra la prensa local.
Además, el Colectivo de Abogados por la Defensa de los Derechos Humanos anunció que presentará una denuncia ante la Inspección General de la Policía Nacional contra la patrulla comprometida en el incidente en que Jean resultó herido.
Miles de personas reclaman desde principios de mes la renuncia del actual primer ministro de Haití, Ariel Henry, quien insiste en mantenerse en el poder pese a que se comprometió a presentar su renuncia el pasado 7 de febrero. En muchas ciudades las manifestaciones derivaron en saqueos y daños a la propiedad pública y privada.
A las protestas se suma el accionar de las pandillas que acosan constantemente a la población, convirtiendo a los trabajadores de la prensa en blanco de constantes ataques, secuestros y asesinatos.
El pasado miércoles 7, Ymozan Wilborde, del canal Tande Koze, fue alcanzado por una bala en la pierna izquierda, y Stanley Belfort, corresponsal de Island TV, recibió un disparo en la mano cuando ambos cubrían las incidencias de una manifestación en la ciudad de Jérémie, capital del departamento de Grand'Anse, ubicada a 292 kms al oeste de Puerto Príncipe.
En la misma localidad, Lémy Brutus, reportero de Grandans Bèl Depatman, fue maltratado y sufrió el robo de su equipo en el mismo lugar en que sus dos colegas resultaron heridos según el portal informativo JCOM Haïti.
En Gros-Morne, (170 kms al norte de la capital), el periodista Alain Charles resultó herido de bala el mismo día, en el ataque a una comisaría efectuado por integrantes de la banda Kokorat San Ras, informó radio télé Métronome.
La emisora dijo que Charles fue llevado a un hospital donde recibió atención médica.
Le Nouvelliste reportó este sábado que al menos una decena de periodistas han resultado heridos durante las protestas de las últimas semanas.
La AJH dijo que en Cabo Haitiano (198 kms al norte de Puerto Príncipe) un vídeo en las redes sociales mostró a policías confiscando y dañando equipos y materiales de trabajo de varios periodistas, y en Petit-Goâve (75 kms al oeste de la capital), los reporteros Jacky Saint-Fleur y Jocelyn Lindor, entre otros colegas, fueron agredidos por manifestantes.
Hace tres semanas, el periodista Exavier Charlemagne, de Radio-Télé Lambi, también fue alcanzado por una bala en la pierna izquierda cuando cubría una huelga convocada en Jérémie. Los disparos fueron atribuidos a agentes de la policía.
"Estos actos constituyen una violación de la libertad de prensa y del derecho a la información garantizados por la Constitución y los diversos tratados y convenciones internacionales de los que Haití es parte", dijo la Asociación de Periodistas Haitianos en un comunicado.
Entre el 20 de enero y el 7 de febrero, al menos dieciséis personas murieron y otras 29 resultaron heridas, principalmente en enfrentamientos entre manifestantes y la policía, señaló el viernes la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Volker Türk, responsable del organismo, denunció que, aunque algunas protestas se han tornado violentas, persiste la preocupación por el uso "desproporcionado e innecesario de la fuerza" por parte de los policías haitianos.
"Los agentes de policía deben respetar siempre los principios de legalidad, necesidad y proporcionalidad al gestionar manifestaciones, de conformidad con las normas y estándares de derechos humanos, y los manifestantes deben expresar sus quejas pacíficamente", agregó el funcionario.
Las agresiones contra periodistas fueron comunes el año pasado. Los reporteros Daniel Lamartinière, de Vant Bèf info, y Jameson Jean Baptiste, de JB Média, fueron golpeados por un policía mientras cubrían una manifestación contra el gobierno en la capital, y en Liancourt (norte) la sede de radio Antarctique 96.1 FM fue incendiada durante el ataque de una pandilla.
Además, el reportero Arnold Junior Pierre fue golpeado durante una protesta al suroeste de Puerto Príncipe; Brown Larose, animador del espacio "Matin Débat", de Radio Télé Éclair, fue tiroteado frente a su domicilio, pero sobrevivió al atentado, y el reportero Johnny Ferdinand evitó un ataque de hombres armados que viajaban en motocicletas.
El año pasado, Paul Jean Marie, de radio Lumière; Ricot Jean, de Radio-Télé Évolution Inter, y Dumesky Kersaint, de Radio Télé Inurep, fueron asesinados y ninguna persona fue arrestada por esos hechos.
Otros cinco trabajadores de la prensa fueron secuestrados en 2023: Banatte Daniel, de Regard FM; Pierre-Fils Saintamour, de Radio Scoop FM; Marie Lucie Bonhomme Opont, de Radio Vision 2000; Pierre Louis Opont, copropietario de Télé Pluriel, y Blondine Tanis, copresentadora en Radio Rénovation FM 107.1.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) ha condenado con frecuencia la frágil situación de la prensa haitiana.
La organización también ha reclamado al gobierno que adopte acciones necesarias para que los crímenes de periodistas no queden sin castigo, y le ha pedido que elabore mecanismos para asistir a los comunicadores que se han visto obligados a dejar sus hogares debido a los altos índices de violencia e inseguridad que se registran en el país.
La Organización de las Naciones Unidas aprobó el 3 de octubre del año pasado el envío a Haití de una misión multinacional liderada por Kenia para que ayude a la policía local a erradicar a las pandillas. Pero el despliegue del contingente keniano fue prohibido por un tribunal que calificó como inconstitucional tal operación.
Mientras tanto, la oposición ha intensificado con marchas y protestas su reclamo para que el actual jefe de gobierno deje el poder, mientras unidades rebeldes de las fuerzas de seguridad de áreas protegidas del país se han rebelado contra el gobierno, animados por el regreso de un excompañero de armas que lideró un movimiento armado en 2004 para deponer al presidente Jean Bertrand Aristide.
El autor es vicepresidente regional por Haití de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP)