Las principales razones del preocupante panorama de la libertad de prensa son la impunidad de los crímenes cometidos contra periodistas y la agresiva postura del gobierno de Jair Bolsonaro contra los profesionales de la prensa.
El presidente Jair Bolsonaro y sus aliados continúan atacando la actividad periodística y alimentando narrativas antiprensa que las redes sociales replican. El gobierno también ha buscado, hasta ahora sin éxito, poner fin a la legislación sobre la publicación en diarios de los balances de empresas y avisos de licitación, con el fin de perjudicar financieramente al sector.
El presidente de la Asociación Nacional de Diarios (ANJ), Marcelo Rech, define la situación del país de la siguiente manera: "A ningún gobierno le gustan las críticas ni la prensa independiente. La diferencia entre regímenes democráticos y autocráticos radica en cómo lidian con la prensa libre. Los ataques sistemáticos del presidente Jair Bolsonaro y los intentos de debilitar económicamente a los medios indican que, en Brasil, el gobierno busca adoptar un modelo similar al de Venezuela, Filipinas, Turquía y otros regímenes que no conviven bien con la libertad de prensa".
En el período se produjeron numerosos casos de agresión e intimidación a periodistas y empresas de medios. Han sido frecuentes los ataques físicos o verbales, por parte de simpatizantes del presidente, contra reporteros, camarógrafos o fotógrafos que brindan cobertura a manifestaciones públicas en apoyo al gobierno.
Ese clima de intolerancia y agresividad contra la prensa se puede ilustrar, por ejemplo, con un lamentable episodio ocurrido el 23 de mayo, en Río de Janeiro, durante una manifestación pública de motociclistas. El reportero de CNN Brasil, Pedro Durán, fue golpeado y pateado por partidarios del presidente, y la policía tuvo que intervenir para evitar lo que podría haber sido un linchamiento.
El 6 de septiembre, Eranildo Cruz, quien era editor-director del diario Tribuna Regional, conocido como "Chocolate", fue encontrado muerto, con las manos atadas y signos de tortura, en una casa de Monte Dourado, distrito de Almeirim, en el Estado de Pará Norte. El periodista cubría temas políticos y movimientos sociales. Un sospechoso de participación en el crimen fue detenido el 14 de septiembre.
El 28 de septiembre, el periodista Paulo Cezar de Andrade Prado, que cubre deportes y política en el Blog do Paulinho, fue detenido tras ser condenado a cinco meses de prisión en régimen semiabierto por difamación contra el empresario Paulo Sérgio Menezes García. En 2016, García era vicepresidente del Sport Club Corinthians Paulista cuando el periodista redactó un reportaje denunciando irregularidades en sus acciones.
Durante el período continuaron los casos de censura previa aplicada por la justicia brasileña, en total desacuerdo con las disposiciones de la Constitución del país. El 26 de agosto, los fallos de los jueces contra la libertad de prensa motivaron que tres asociaciones que representan a los medios de comunicación del país protestaran. La Asociación Brasileña de Locutores de Radio y Televisión (ABERT), la Asociación Nacional de Editores de Revistas (ANER) y la Asociación Nacional de Periódicos (ANJ) repudiaron tres casos de censura previa ocurridos en apenas una semana: contra reportajes de RBS TV en relación con casos de corrupción cometidos por un concejal del estado de Rio Grande do Sul; contra la revista Piauí, en relación con la investigación por acoso sexual; y contra el diario O Globo, en relación con un informe sobre transacciones financieras sospechosas investigadas por la Comisión de Investigación Parlamentaria del Senado sobre la gestión del gobierno federal ante la pandemia.
Principales ataques contra periodistas y medios durante este período:
Hasta el 29 de septiembre, 79 profesionales de la prensa han sido bloqueados. Desde enero de 2020, el Presidente ha tuiteado 4.120 textos de hasta 280 caracteres, de los cuales el 98,6% (4.052) eran de interés público, para dar a conocer acciones gubernamentales, pronunciamientos, movilizar militantes o promover otros canales de comunicación. Bolsonaro ya bloqueó los canales DCM, Aos Fatos, The Intercept Brasil, Congresso em Foco, Repórter Brasil y O Antagonista.
Según una encuesta de la Asociación Brasileña de Periodismo de Investigación (Abraji), desde septiembre de 2020 hasta el 27 de agosto de 2021, 38 políticos y altos funcionarios de la burocracia brasileña prohibieron el acceso a Twitter a 141 profesionales de la prensa, para un total de 285 bloqueos. Seis políticos prohibieron a 12 medios de comunicación acceder a sus cuentas.
En julio, la jueza Air Marin Junior, del 2º Juzgado Especial Civil de Boa Vista, en el estado de Roraima, ordenó, mediante mandato judicial, la remoción del aire de partes de un informe elaborado por Repórter Brasil, en alianza con el sitio web Amazônia Real, sobre la venta ilegal de oro, en el que se denunciaba la adquisición ilegal de material extraído del Territorio Indígena Yanomami.
El 19 de agosto, la jueza Ana María Ferreira, de la 3a Sala Civil de la Corte de Justicia del Distrito Federal y Territorios, ordenó la supresión de información sobre transacciones financieras de VTC Log, empresa investigada por el CPI de Covid, de la página web del diario O Globo.
El 21 de agosto, una orden judicial del juez Jorge André Pereira Gailhard, de la 5ta Sala Civil de la Corte de Justicia de Rio Grande do Sul, impidió que los diarios locales de RBS TV publicaran un informe sobre corrupción en el Estado.
El 23 de agosto, el reportero fotográfico Edmar Barros, freelance en el Amazonas, fue amenazado de muerte. Profesionales de la Red Amazonía también han sido amenazados y agredidos por su desempeño profesional.
El 25 de agosto, la jueza Tula Corrêa de Mello, del 20mo Tribunal Penal de Justicia de Río de Janeiro, impuso censura previa a la revista Piauí en relación con una investigación por acusaciones de acoso sexual contra el comediante Marcius Melhem denunciadas por al menos ocho colegas.
El 9 de septiembre, cinco profesionales de la prensa fueron agredidos mientras cubrían la salida de la selección brasileña de un hotel ubicado en el barrio de Boa Viagem, en el sur de Recife, Estado de Pernambuco. Fanáticos que esperaban a los atletas arrojaron piedras, plantas y agua y profirieron insultos a los equipos de reporteros de TV Globo, Folha de Pernambuco y TV Jornal (afiliada de SBT). Según los fanáticos, la prensa obstruía su visión de los jugadores.
El 28 de septiembre, el reportero de cine Rodrigo Marques, de RIC Record TV, en Londrina, Paraná, fue agredido mientras cubría un accidente de tránsito. El causante del accidente trató de impedir que tomara imágenes y le rompió su equipo de filmación.
El 11 y 12 de octubre, personas que se identificaron como simpatizantes del presidente Jair Bolsonaro atacaron a dos equipos de noticias —uno de GloboNews y el otro de TV Tribuna, afiliada de TV Globo en Santos, São Paulo— mientras los reporteros hacían su trabajo.