Con el inicio de la oscura era de profundas transformaciones que está experimentando Estados Unidos, el periodismo en Canadá se ha visto notablemente afectado. Un hecho desalentador es la capitulación de las instituciones que, en épocas anteriores, fueron claves para exigir cuentas al Gobierno por cualquier incumplimiento constitucional que pudiera poner en peligro el compromiso de la nación con la democracia.
Las libertades de expresión y de prensa se enfrentan a diversas amenazas reales y potenciales. En coincidencia con la reciente convocatoria a elecciones tras la renuncia del primer ministro Justin Trudeau y la elección del primer ministro Mark Carney por el Partido Liberal para el período previo a la contienda electoral, el candidato del Partido Conservador hizo una promesa de campaña de desfinanciar y cerrar la Corporación Canadiense de Radiodifusión (CBC).
Los medios de comunicación canadienses gozan de mucha mayor seguridad y protección que los de otros países, pero existen sutiles restricciones al acceso de periodistas a contenido específico y áreas sensibles al control gubernamental. Las áreas más sensibles son el activismo político, la inmigración, las protecciones y tratados indígenas y los conflictos laborales.
Algunas de las infracciones se basan en sucesos documentados recientemente:
Los periodistas, en particular las mujeres y las minorías, son cada vez más objeto de amenazas y acoso en línea, lo que ha tenido un efecto disuasorio en las historias que investigan y los temas que cubren. Este es el caso de todas las historias que abordan la cuestión israelí-palestina. Zahraa Al-Akhrass, exvideoperiodista de Global News, fue despedida, según se informa, por compartir publicaciones sobre el conflicto de Gaza en sus redes sociales, que su empleador consideró sesgadas.
El aumento de la desinformación en las campañas políticas en los últimos meses agrava aún más el problema.
La polarización política también ha contribuido a la desconfianza en los medios tradicionales, lo que ha llevado a la autocensura de los periodistas.
Los problemas financieros en la industria mediática provocaron despidos y el cierre de medios locales, lo que genera "desiertos informativos" en regiones específicas y reduce la diversidad de voces en el periodismo.
El auge de la inteligencia artificial en la creación de contenido plantea riesgos para la integridad periodística. Los sistemas automatizados tienden a priorizar el sensacionalismo o la desinformación sobre la información veraz.
Por otro lado, existe la amenaza potencial de que las enmiendas a las leyes que rigen la libertad de expresión que propone el Partido Conservador de Canadá puedan restringir las prácticas periodísticas.