Gran Premio Libertad de Prensa y Premios SIP a la Excelencia Periodística
Presidente de la SIP, Christopher Barnes
Miércoles, 14 de octubre de 2020
Asamblea General
Hoy, no podría estar más complacido de reconocer póstumamente, con el Gran Premio de Libertad de Prensa, a todos los periodistas y trabajadores de los medios de comunicación de la región que han sacrificado sus vidas en busca de la verdad.
Hoy celebramos a quienes ponen el temor por su seguridad personal y la de sus familias en un segundo plano en la búsqueda de su vocación periodística. Son testimonio del mantra "el espectáculo debe continuar". Eran plenamente conscientes de que el trabajo de quienes no desean que se conozca la verdad y de quienes conspiran para silenciar a la prensa bajo el manto de una pandemia mundial, continúa impávido. Ellos y sus colegas que celebran con nosotros hoy son nuestra primera línea de defensa en esta batalla de toda la vida para preservar nuestras libertades y deben ser elogiados.
Este premio también pone de relieve algo más muy importante para la SIP y sus miembros. Mientras que muchos medios de todo el mundo han tenido que lidiar con esta peligrosa pandemia de coronavirus, con los modelos de negocio y operativos al revés, lo que ha permanecido sin cambios es la necesidad de un periodismo de calidad, nacido de una sed de conocimiento y verdad y llevado a cabo en nombre del público. Esto requiere de personas dedicadas y comprometidas, insustituibles a pesar de todos los avances en tecnología y hábitos de audiencia a los que nos enfrentamos. Este es un llamado para nosotros a proteger y nutrir a aquellos que sienten pasión por ofrecer un periodismo de calidad. Para nosotros, los propietarios de los medios, es imperativo trabajar con ellos para encontrar los modelos de negocio adecuados que respalden su trabajo continuo para las generaciones venideras.
Para muchos periodistas y trabajadores de los medios, la dicotomía y la ansiedad de hacer su trabajo y proteger el suyo y la salud de su familia no fue fácil. Muchos se vieron afectados y cientos de colegas sucumbieron a la pandemia. Hemos escuchado testimonios de varias familias que hablan con gran respeto de la responsabilidad periodística de sus seres queridos perdidos.
Uno de los hijos del periodista Antonio Paco Lasso, fallecido en Colombia, dijo: "El periodismo para mi papá era su pasión. Su muerte no dio fin a su legado, su legado se extiende y su voz se escucha en el eco de la Amazonía". En la SIP no debemos permitir que se apaguen las voces de los más de 130 que murieron cumpliendo con su deber.
El mejor respeto que podemos mostrar a los que celebramos hoy es asegurarnos de que no murieron en vano. Sus voces colectivas proporcionarán la fuerza necesaria a las nuestras en la lucha por la libertad de prensa para las generaciones venideras.